La vida Onírica

Oniros, uno de los mil hijos de Tánatos, conocido también como Morfeo por su capacidad de tomar la forma de seres humanos y mostrarse en sueños.

jueves, 6 de agosto de 2009

De zombies, tijeras y carritos voladores...

Esto fue una pesadilla, con un par de tintes graciosos, pero pesadilla al fin.Estábamos de caza, aunque no de caza de salir a matar, sino que vivíamos de caza. Éramos personas que vivíamos asediadas por alguna especie de bicho. A la cabeza se me venían vampiros o zombies, pero no era exactamente eso; simplemente cazábamos algo peligroso para nosotros. En el sueño éramos cuatro personas: mi vieja, mis dos hermanos, una tiastra y yo. (Si, sé que nombré cinco en total, pero es que en la cama estábamos cuatro, porque yo lo veía desde arriba, pero éramos cinco). La cosa es que nos fuimos a descansar los cuatro a la cama, y yo quedaba en una de las orillas -en la derecha-, y me sentía inquieta, porque si entraba alguno de esos seres malignos me tendría al alcance más pronto. Estábamos todos tapados con una sábana blanca. Yo cargaba conmigo una tijeras muy grandes de mango negro, a modo de defensa, y las tenía bien sujetas a mi pecho, y miraba el techo. A menos de un metro de mi posición había una puerta, y se abre, dejando ver a una mujer de aspecto por demás normal, que venía hacia mí con otras tijeras. Yo le digo que se aleje, pero mi familia me dice que me relaje, que no me quería hacer daño (y de hecho no lo hace, sólo se acerca a mí), pero yo sabía que ellos me decían eso para encubrirme, porque no querían que la zombie sospeche que sabíamos quién era. Yo tenía miedo, porque era la que quedaba más cerca de la mujer, y les digo que no es que tuviera miedo de ella, sino que de las tijeras, porque les tenía fobia. Todos a coro me preguntan que por qué llevaba unas en la mano si les tenía fobia… Me detesto a mí misma por ser an tonta de buscar esa excusa tan débil, pero no tengo mucho tiempo más, porque enseguida siento la punta de la tijera de la zombie en mi garganta, pujando por perforar la piel, y la veía a ella encima de mí empujando más y más. En ese momento no había dolor, ni miedo, ni nada; sólo la sensación de algo entrándome por el cuello. No sé cómo, pero sé que me deshago de ella (supongo que la herí, porque esa era la intención inicial, pero no recuerdo haberlo hecho) y empiezo a caminar por un pasillo, buscando a esa zombie no sé para qué. Llego a una habitación muy amplia, que daba aspecto de un baño, porque había uno de esos cuartuchos. Era casi todo de un celeste grisáceo, y mojoso, viejo. Quiero acercarme al cuartucho, pero no sé si lo hago, porque me veo caminando por la calle. Era una calle céntrica, pero estaba vacía. Me recordó mucho a Resident Evil, cuando toda la ciudad esta vacía, y la protagonista camina por ahí. El punto es que veía un kiosco, y parecía que era un atardecer, porque todo estaba iluminado por una luz amarilla, casi naranja, que hacía que todo adquiriera diferentes matices, entre el amarillo y el rojo. Quiero huir, y ahora sólo éramos mi vieja, mi tiastra y yo. Veo unos carritos del tamaño de los carros de calesita, y pienso que son el medio ideal, porque con ellos se podía volar. Eran marrones, y tenían un mecanismo que por medio de una manivela extendían una sombrilla amarilla que hacía que se eleven. Acciono uno, y se levanta un poco del piso, pero veo que no vamos a entrar las tres, porque mi tiastra es muuuuyyyy gorda. Yo no quería decirle que viajara sola por su sobrepeso, pero era eso o ser atrapada por los malignos. Dispongo que mi vieja venga conmigo y que Claudia (la tiastra en cuestión) vaya en otro sola. Despegamos, pero no recuerdo más.

domingo, 2 de agosto de 2009

De aviones, piletas y pollitos....

Soñé que tenía que viajar en avión, pero como no había lugar, viajaba colgada de la cola. pero lo más raro era que había otra persona más colgada; estaba aferrada con los dos brazos, con el cuerpo colgando, y yo estaba colgada de los brazos de ella (porque era una mujer, aunque no sé quién). El avión arranca, y yo me lamento porque tendría más o menos una hora de viaje y me dolerían los brazos, y de seguro habría mucho viento. Lo más loco, es que no tenía miedo de caer, como si ir colgando del avión fuera normal. En un momento, la mujer se suelta, diciéndome que estaba cansada y que me agarrara yo, que ella se colgaría de mí. La miro horrorizada por su estupidez, porque ella se suelta y el avión se aleja, sin que yo pudiera agarrarme, porque sujetaba sus antebrazos por las muñecas. Entonces ideo un plan, en donde yo la agarraba más fuerte y comenzaba a saltar la soga en el aire con ella. Sí, ella. Su cuerpo era la soga, y los brazos se mantenían fijos, mientras yo saltaba su cuerpo. Y con eso me dí impulso y alcancé la cola del avión, y ahora era ella la que me sujetaba de las muñecas y viajábamos tranquilas.Luego estaba como en un camping, donde habían piletas climatizadas por todos lados. Había una que era muy grande pero poco profunada. Yo buscaba en cual meterme y caminaba por los bordes. Había una especie de carpa amarilla a un lado, y yo quería meterme bajo ella. Había un cajero, y quería sacar plata, pero veo que sale un hombre y dice que no hay plata, y antes de que se cierre la puerta de vidrio del cajero, veo que salen pollitos de un amarillo muy pálido. Miro el piso que era clarito, y también veo que se acerca una nena que me da un pollito. Lo agarro, pero de repente alguien me da a mi gata, por lo que inmediatamente suelto el pollo desde la altura y agarro a la Bombóm (mi gata) y me pongo a acariciarla como a mí me gusta. Sé que alguien me recrimina por haber arrojado al pollito al piso, pero no me importa. Yo pensaba que ni loca iba a dejar caer a mi Bombóm por un pollo.

Y no recuerdo más... (como me gusta acariciar a mi gata en sueños, es casi tan bueno como hacerlo en vivo)

sábado, 1 de agosto de 2009

De árboles guardianes y gatos...

Soñé largo y tendido, pero por más que trate de recordar mucho, no puedo.
Estaba en un lugar al aire libre del que poco y nada recuerdo. Me estaba escondiendo de alguien, y me coloco tras un árbol, pero en vez de quedar tras él, quedé entre éste y otro. Eso significaba que no quedaba oculta, sólo custodiada por los dos troncos. Estaba quieta ahí, y si bien no sentía miedo, estaba paralizada. Tenía intenciones de moverme para delante, pero los árboles practicamente tenían las raíces muy juntas y me impedìan el paso. Estaba oscureciendo, y veo que alguien camina hacia mí. No sé si era hombre o mujer, pero recuerdo un cabello largo y negro. Me miraba sin mirarme, y yo pensaba que se debía a que estaba camuflada por los árboles y la oscuridad. Pero de repente me ve realmente, y ahí me doy cuenta de que en realidad esa persona no era la que me buscaba, porque no me daba miedo que me haya visto. El problema fue que los árboles me sujetaron por los brazos y me tendieron en el piso.
Ahora yo era una nena que miraba la escena, arrodillada a un lado de donde tenían sujeta a mi yo adulta que vestía una camisa blanca. La persona de pelo negro se sienta encima de la panza de mi yo adulta. Yo (la nena) le grito que no me viole, pero no se oye nada, ni tampoco muevo la boca; lo hago mentalmente. De un tirón veo como le abren la camisa a la yo adulta, pero no siento miedo ni nada, y la yo tirada tampoco. La yo niña se tira sobre la adulta y comienzo a llorar, pero era un llanto carente de angustia, raro. Ya no había nadie más ahí.Vuelvo a ser yo grande, y me siento tirada en el piso, y veo para un costado como un gatito muy pero muy bebé caminando por un piso de cerámica, muy parecido al de mi casa. Veo que es perseguido por mi gata, que le quiere hacer daño, y yo no entendìa por qué lo hacía, porque supuestamente mi gata era la madre del gatito. Veo como lo dobla en ángulos poco probables, pero el pequeño animalito seguía moviéndose como si nada. Luego viene la nada, y cuando vuelvo a tener una imagen, veo que el gatito seguía sobre el mismo piso, pero que ahora había crecido y se había transformado en mi otra gata (la que es realmente mía y amo mucho). Yo sigo en la misma posición en la que me habían dejado los árboles, pero estirando una mano la comienzo a acariciar, y mientras tocaba la hermosa textura de su pelaje gris me preguntaba como alguien podía querer dañara un ser tan hermoso. Y miraba su hocico de perfil, todo gris, casi plateado, con la manchita café con leche entre los ojos. Y la toqueteaba toda; su pancita, el lomo, las orejas... estaba tan pero tan feliz de poder acariciarla.

Y no recuerdo más.

miércoles, 22 de julio de 2009

De piedras y verdades

Soñé que me vestía de piedra. Era raro, pero me ponía algo así como un poncho gris, y más que vestirme, me transformaba en una piedra. Sabía que era dura, pero en un momento me quise ir a dormir a mi cama, y encontré una fisura en mi roca, donde apreté y la piedra se partió en dos lentamente, como si bajara un cierre. Hizo ruido, un ruido de quiebre, muy lejano; otra vez esa sensación de una vibración dentro mío. No sé cuantas veces se repitió la escena, pero tengo la impresión de que el cierre lo bajé en varias oportunidades, escuchando siempre el mismo ruido.También soñé que algo malo pasaba, que me mentían, o me lastimaban, o algo. No sé explicarlo, pero era la sensación de que algo estaba mal. Era como pensar en mí en tercera persona. Allí estaba mi abuela materna (que está viva, aclaro), y yo le recriminaba algo a ella, porque le habìa mentido a alguien (pero ese alguien era yo). Ella decía: "la verdad se dice de lunes a miércoles". Yo le contestaba alto, fuerte y claro para que entendiese: "No, la verdad se dice de lunes a lunes". Sentía rabia e incredulidad por sus palabras, y por las mìas se me inflamaba el pecho. Sé que el sueño tenía un tinte sexual de algun tipo, sé que había alguien más... pero es sólo una sensación. Me desperté con la frase dicha a mi abuela resonando en mi cabeza...

Y no recuerdo más...

viernes, 17 de julio de 2009

Habitaciones turquesas

Soñé que estaba en el interior de un departamento en el cual vivía con alguien más. Pero no me sentía bien ahí, estaba incómoda y deseaba irme. Las paredes eran de un color turquesa apagado, que a veces mutaba a gris, como en una película en blanco y negro. De repente estoy en un pasillo, frente a una puerta blanca. Recuerdo que todo era de colores muy claros, y oigo una voz que me dice que ése era mi nuevo departamento. En seguida entro, y me doy cuenta que el lugar era exactamente igual que el anterior, con la diferenta que el turquesa era muy intenso, y en ningún momento cambiaba de color. Estaba embelesada con la vivacidad del color, que parecía brillar, que me hipnotizaba. No sé cuanto tiempo lo miré, pero recuerdo tan nítido el turquesa de las paredes que me provoca verdadera fascinación. Traspaso un umbral para ir a lo que se supone que era la habitación, y me veo en una habitación también turquesa, pero la mitad superior de las paredes y el techo eran blancos. Lo más raro del lugar, es que el piso estaba inclinado hacia delante y abajo, y que era larga, muy larga. Al fondo, se veía una cama grande, de esas que tiene como un techo -no sé cómo se llaman-, pero el techo era como el techo de una casa. De hecho, lo que en principio era la cama, luego se convertía en una casa. La habitación de mi departamento ahora tenía pasto por piso, y habían más puertas que llevaban a otras casas. Me veo sentada tomando mate y comiendo bizcochos, hablando con dos hombres. Hay alguien más, algo así como una voz amiga, que me los presentó. Se termina la merienda y los saludo, despidiéndome, y le digo a la presencia amiga que quería que me presente un par de chicos, pero unos que estén buenos, no como esos que no me gustaban para nada. Y empiezo a correr. Me tenía que ir, tenía prisa por saludar a todos e irme no sé a donde. No sentía el movimiento de las piernas, sólo como que corría sin sobresaltos, deslizándome sobre el pasto. No sabía si con la velocidad que alcanzaba podía frenar para saludar, tenía miedo de llevarme a alguien puesto, pero no podía disminuir la velocidad, y tampoco podía porque no tenía tiempo. Hice varios intentos para saludar, que no sé si fueron fallidos o no, pero en uno de ellos, veo a un hombre y a un chico -el nene me recordaba mucho a mi sobrino- y quiero saludar al pequeño, pero otra vez tenía miedo de lastimarlo. De éste no recuerdo más.
En el de ayer, yo podía verme como si estuviera en una pantalla. Venía corriendo sonriendo, pero tenía como doce o catorce años. Es difícil de explicar, porque si bien sabía que era una niña, era igual a lo que soy ahora, nada más que más delgada y con el pelo como lo usaba antes. Creo que lo que más idea me daba de pequeñez, era el hecho de verme venir corriendo por un lugar en donde íbamos con mi familia cuando era chica. Fue tan raro verme venir corriendo, y hasta creo haber llevado colgado del hombro una mochilita en forma de corazón que usaba para guardar las cosas de las muñecas antes. Pero ahora estoy confundida con este detalle, tal vez se me ocurrió ahora, no lo sé.

domingo, 12 de julio de 2009

De roba novios y apedreadas...

Anoche tuve dos sueños, y ambos fueron bastante angustiantes.

En el primero, estaba en un lugar junto a una amiga, y entonces llega Marcos (un amigo con el que hay cierta tensión sexual, por llamarlo de alguna manera) a verme. El problema es que yo no me decido a tener algo con él. Me encontraba sentada a una mesa, y apoyaba mi cabeza en mis brazos cruzados, y veía como mi amiga le tiraba miradas indiscretas y sugerentes (en la vida real no se conocen). Empiezo a ponerme celosa, pero por supuesto que fingí que no pasaba nada. Entonces, mi amiga pasa a ser otra amiga, pasa a ser Verónica (mi compañera de trabajo), y de sólo estar camina hacia una ventana y se saca la ropa, para luego volver a sentarse al lado mío. Yo no podía creerlo, pero cuando miro a Marcos que estaba tirado en un sillón frente mío, veo la imagen borrosa; todo él era una gran mancha beige, y agudizando la vista, puedo ver que también estaba desnudo… Entonce Vero me dice: “¿ves? Vos tenés que relajarte más…”, como si sacarse la ropa frente a cualquiera ayudara a entrar en confianza.
En todo momento yo sentía rabia por que sabía que ellos dos tendrían algo, y también celos; pero me calmaba pensando en que era ridículo tenerlos, porque no tenía nada con él ni sentía nada por él. Sólo era mi orgullo.
No sé que pasa después, pero se ve que pasaron un par de días, por que le pregunto a Vero en el trabajo que qué onda con Marcos, a lo que me dice: “Barbi, es pura pasión el flaco… tenés que darle”. Ahí mis sospechas se volvieron certezas, y más celos aún, y remordimientos porque tuve la oportunidad de probar esa pasión y la deseché. Le pregunto que cúando fue la última vez que lo vio, y me dijo muy tranquila que esa misma mañana, porque se había quedado a todo el sábado y domingo con ella, y recién se había ido el lunes a la mañana. Yo estaba que explotaba de la incredulidad, y le decía que no se confunda con Marcos, porque ella no sabía leer en los ojos de él como lo hacía yo. Tenía una discusión mental con ella, y yo misma me respondía. Ella (yo) alegaba que era muy apasionado y que la quería, pero yo le decía que el era frío, y que habían cosas que le dolían aún y que no se enamoraría de ella, que sólo era sexo. Y en un flash veo los ojos celestes de Marcos, y siento que los traspaso y que puedo ver su cabeza. Fue rarísimo, pero no recuerdo más.

En el otro, todo lo vi en primera persona. Estaba en un camping o una plaza, junto a muchas personas. Creo que habían familiares, pero no logré reconocer a nadie demasiado. Lo único seguro es que entre esa gente me sentía segura. Era de día, y por alguna razón me veo caminando por un campo verde, y delante de mí veo algo que me perturba. No sabría decir que fuera una persona, porque en ningún momento vi nada, sólo tenia la sensación de algo amenazante. Camino a prisa a buscar al gentío en el que estaba antes, pero cuando llego bajo el árbol en donde estaban todos antes, ya sólo quedaba pocos, y no me daban sensación de seguridad. Debía de esconderme, porque el peligro estaba cerca. Alguien me quería apedrear, lo sabía. Corro por el lugar, y me doy cuenta de que estoy en el complejo de edificios donde vivía uno de mis primos antes; lo veo a él y le pido permiso para entrar con el chico a su casa y escondernos (porque ahora resulta que llevaba de la mano a un chiquito de apenas dos o tres años conmigo), pero me dice que no, que no es seguro. Miro la escalera que me sube a los pisos de arriba, pero la voz de mi primo me advierte que ahí también me encontrarían. Sigo corriendo por el lugar, tratando de evitar los lugares a campo abierto. Por suerte, llego al frente de un edificio, donde había un nenito muy chiquito parado en la puerta. Veo que el lugar es lo mejor para esconderme, por que en el frente tenía dos paredes al costado, que tapaban una galería. Me acurruco en una esquina con fuerzas, y veo que el nene era rojo (ahora yo ya no estaba con ningún nene de la mano), y tenía la piel rara. Siento miedo por él, y lo llamo mudamente para que venga a esconderse conmigo. Él viene, y lo abrazo. Luego sale una mujer de la casa, y nos mira. Puedo sentir que no dirá nada a nuestros atacantes, que nos protegerá… pero luego llega un viejo con ua maleta amarilla y vieja. Saluda a la mujer y nos mira. Siento que está loco, y por eso nos puede descubrir con los apedreadores. Con terror, miro como camina hacia nosotros, pero me relajo al ver que sólo deja su maleta frente nuestro para cubrirnos.
Luego vino la espera… Yo miraba de reojo hacia lo más alto del paredón para ver si alguien nos descubría, y en un momento vi aparecer una cabeza, y supe que era el fin.
Estaba sentada en el piso rojo de la galería, y coloqué el chiquito en el hueco que formaban mis piernas, y lo abracé envolviéndolo completamente para que no recibiera ningún daño. Estaba dispuesta a morir con tal de que no lo lastimen. Sólo sentí la primera piedra golpear mi brazo, y dolió, pero fue un dolor lejano, ajeno a mi.
Después de eso, yo soy el chiquito, y me veo caminar por el frente de la casa donde nos habían atrapado. Tenía la certeza de haber muerto, pero quería estar segura. Ahora el lugar tenía un aspecto más pobre, y en lugar de un piso rojo, la galería tenía u piso de madera que dejaba ver la tierra entre tablón y tablón. Lo voy recorriendo con la vista y era normal, hasta que llego al rincón donde me apedrearon, y veo en la tierra una tumba cubierta con un plástico blanco. Era mi tumba.
Y no recuerdo más.

jueves, 9 de julio de 2009

De ratas, fuego, alas rotas y anos carnívoros...

Estos son sueños de tres noches distintas. Empezaré cronológicamente:

Soñé que estaba en un lugar de vacaciones. Se me hacía que era un camping, por que veía mucho pasto y árboles. No sé que hacía, pero en un momento miro hacia un lado y veo un hombre con un chiquito sentado en sus piernas mientras estaban en parte sumergidos en el agua. Se veía como un lago, por que no había arena ni olas, pero yo pensaba que era un mar. Enseguida me lamento por estar por ahí bobeando en lugar de estar metida en él (a mi me fascina el mar), pero pienso en ir a buscar a mi primo para que vayamos juntos (por que a él también le gusta mucho). Empiezo a caminar por el pasto verde, y en un momento cae una colilla de cigarrillo al pasto, y como éste estaba muy seco, enseguida empieza a chispear y a hacer llamas muy pequeñitas. Tenía la certeza de que no había sido yo la que tiró el cigarrillo, y por eso no tenía intenciones de apagarlo. Dudaba de si pisarlo o no, pero estaba descalza, y eso me decidió por el no. Lo dejo ahí -con la culpa ya carcomiéndome- pero en unos segundos veo como lo que era un pequeño fuego se fue desparramando. Pero no es que creció, si no que se extendió como si alguien hubiera rociado queroseno sobre la tierra. Fue en cámara lenta, y vi como se dibujaba una delgada línea de fuego alrededor del todo campamento. Era muy hermoso a la vez que terrible. Hay alarma, y me siento más culpable aún, así que sin importarme si me quemo los pies me pongo a pisotear el fuego. No sé si lo apagué, por que no recordé más.

En el otro, soñé con algún bicho alado. Tengo la impresión de que era un murciélago. En ningún momento lo vi, pero lo que si escuché, fue el ruido de unas alas quebrarse, partirse. Era un ruido apagado, amortiguado; más que oírse, se sentía. Lo sentí en mi propio cuerpo, como una vibración. Y supongo que era de un murciélago por que tenía la certeza de que eran alas muy, pero muy frágiles. Luego veo una rata sobre un riel de tren. Era todo oscuro, y sólo se divisaba la rata marrón sobre el riel plateado, pero lo raro era que yo no pensaba en el riel como tal, si no que le decía traviesa (la madera que une los rieles) una y otra vez. Pensaba: "una rata sobre las traviesas del tren". Ése era mi mantra. No sé que sentía, tal vez sólo asombro.

(El último es por demás raro y bastante espeluznante. Soñé que veía una boca llena de dientes feos (no podridos, ni rotos, ni amarillos), que estaban en una disposición muy rara. Me recordaban a la parte central de las plantas carnívoras de mi imaginación. La sorpresa verdadera, fue que al alejarme del primer plano de esa boca, pude ver que no era una boca. Era un ano. Asqueroso, muy asqueroso. No le veía la cara al tipo que lo portaba, pero si las nalgas, y era gordo, muy gordo. Yo pensaba: “y claro, con todo lo que come tiene que cagar bien grande, y por eso lo tiene de ese tamaño”. Lo miraba y sentía repulsión, pero a la vez no le podía quitar la vista de encima. Por dentro era negro, y se veía movimiento, y hasta creí verle labios morados. Lo dientes seguían ahí, en esa posición circular. Me daba miedo y asco. Y encima tenía la impresión de que ese gordo no era el único con esa deformidad. Podía sentir la presencia de otro gordo más…

Y no recuerdo más.

martes, 30 de junio de 2009

Otro sueño

Soñé que veía un hombre joven con una camiseta azul muy fuerte y pegada al cuerpo. Era de piel muy blanca y pelo negro. Me gustaba, y tenía algo en las manos que me daba la impresión de que lo rompía. Lo veo caminar a unos troncos, y cuando miro lo que tenía en sus manos, veo que le faltaba la mano derecha, como a mi viejo (en realidad le falta la mano derecha, no es chiste). Me espanto por ese muñón mal formado que me recordaba tanto a mi viejo. No sé si fehacientemente me alejé de él, pero tenía las ganas de hacerlo.

viernes, 26 de junio de 2009

De películas, areneros y asiáticas

Soñé que tenía puesto un sweater rosa viejo que era muy abrigado y me gustaba mucho. Podía verme como si fuera en tercera persona, y me movía como exhibiéndolo.
También soñé que iba al cine con alguien, y que miramos una peli que me gustó muchímo y que además era larga. me daba la impresión de que la sala era pequeña, y estaba más oscura de lo habitual, con un leve resplandor anaranjado. En realidad, se parecía más a las aulas tipo anfiteatro de la facultad. había mucha gente, pero recién la noté cuando terminó la función. Iba saliendo, pero no sé por que me meto de nuevo a ver otra peli con otra persona; la escalera estaba mal iluminada, y las butacas eran un rojo muy oscuro. Me acomodo y veo los avances, y eran de dos asiáticas que cantaban una canciòn de Shakira -no recuerdo cual- y yo me asombraba por que cantaron varios temas, y todos de Shakira. La película no la recuerdo, pero sé que duró menos de cinco minutos, y que una vez puesta la escena final, se repetìa desde el principio. No espero a que termine, y me voy. Salgo al shopping, y me encamino a la boletería que tenía paños rojos bien oscuros-como las butacas-colgando de las cercanías. Había alguien familiar en ella -tal vez mi vieja, tengo esa impresión-. No sé cómo, pero me encuentro arriba del arenero como acompañante-un auto armado en el que solíamos andar de chicas-, retrocediendo marcha atrás con cuidado, con mucho cuidado. Pero ahora ya no era el estacionamiento, si no el interior del shopping, costeado de vidrieras. Todo el ambiente era marillo, el piso brillante, la luz amarilla, y muchos reflejos en todos lados de lo lustroso del lugar. Voy adquieriendo velocidad, pero tenía miedo de chocar algo o a alguien.

Y no recuerdo más...

jueves, 25 de junio de 2009

Descensos y viajes en tren

No recuerdo cronológicamente como sucedió el sueño, pero sé que eran dos y que se entremezclaban en mi cabeza:

Estaba en un cuarto piso, en la cima de una escalera que se parecía mucho a la de la facultad. Sentía una necesidad extrema de bajarla rápido, pero sobre todo, sentía más necesidad aún de bajar más a prisa que la anciana que tenía delante de mí, unos escalones más abajo. La miro y pienso que está decrépita, que no es competencia para mí, y así y todo decido tomar un atajo gracias a mi juventud: me deslicé por el barandal de la izquierda (no sé si había uno a la derecha) y patiné sobre él por el trayecto de un piso. La baranda se sentía mojada, y más que deslizarme sobre una madera, sentía que bajo mis pies había agua y yo patinaba sobre ella. Cuando se termina la baranda, la vieja seguía delante de mí. No lo podía creer, no entendía cómo. De sólo estar, veo mi pie derecho metido dentro de un inodoro blanco; estaba descalza y sólo podía ver eso. Quería meter el otro, y de ese modo llegar hasta la planta baja y ganarle a la vieja. Sí, pretendía ir por la cañería. No sé si apreté el botón, pero me empiezo a sentir succionada, y después nada… hasta que me veo en el umbral de una puerta; le había ganado a la vieja. Había gente reunida ahí, creo que eran dos personas, y sé con certeza que uno era hombre, y que era la persona por la que yo quería llegar antes. No sé explicarlo, pero tenía miedo de lo que podía pasar si la otra mujer llegaba antes, a pesar de no saber el porque.

También soñé que tenía que tomar el tren en la estación, y que iba con mi hermano. Sacábamos el pasaje en la ventanilla con un billete grande, pero no sé que es lo que pasaba que no podía salir el tren y no nos querían vender el boleto. Tengo la sensación de haberme subido al tren y que por dentro era viejo y blanco, y que estaba lleno de gente muy humilde, rayana en la pobreza. También en un momento me veo saltando del vagón por que no llegaba hasta la estación… pero todo el tiempo, supe que no pude subirme al tren, y me veía cruzar la vía en busca de otro tren más adelante.
Por alguna razón, continuamente me veía cruzar la vía, y esa escena se repetía de a ratos.

Ambos sueños se alternaban uno con otro, y el primero se repetía todo el tiempo. Me deslicé por ese barandal infinidad de veces, y metí el pie en el inodoro infinidad de veces más.

Y no recuerdo más...

martes, 23 de junio de 2009

Trío (sexuales y de sueños)

Rejunte de tres sueñitos...

Salía a una especie de galería, y me miraban dos nenas de unos cinco o siete años. Ambas estaban maquilladas en exceso, como si tuvieran que actuar; una tenía los párpados de un violeta muy brillante y brillantina en los cachetes. Las miró como diciendo “pobrecitas” y las ignoro, pero una de ellas me pregunta que si me gusta como están. Yo no digo nada, pero se me nota en la cara que no, y entonces, la de los párpados violetas, me dice: “pero soy yo…” como queriendo sobornarme con que la conocía… pero yo no sé quien era. Me voy, pero al rato siento culpa y vuelvo, y ella está sobre una cama, quitándose el maquillaje con un algodón con crema. Me da pena y la ayudo a quitarse lo que le queda, y voy viendo que tiene la carita muy blanca y ojos celestes. Siento que la conozco, pero cuando me quiero dar cuenta, va creciendo y ya parece un chico rubio joven, de unos doce años, que tiene la piel rojiza, como si estuviera quemado. Veo su espalda morada cuando se tira encima mío y quiere besarme; no sé si lo consigue, pero a mi me da impresión, por que sigo pensando que es la nena. Y estoy así un rato más, y de repente la nena-chico se transforma en Leonardo -mi ex -, y no sé que pasa.

Sueño con que estaba durmiendo, y cuando despierto, veo una araña subiéndome por un brazo y metiéndose bajo las colchas. Me despierto, y veo mi brazo en la misma posición que en el sueño, todo exactamente igual, y pienso que podía haber una araña en serio, pero no me fijé. Por lo menos no sentía que nada caminara sobre mi piel.

Soñé con que miraba la pantalla de la compu la página de Facebook de una amiga, y que había un video de un amigo. Hago click para verlo, y me encuentro con un video porno de él y dos chicos más, que me daba la impresión de conocerlos, pero no sé de dónde. Era por demás explícito, y él era el que más relajado estaba mientras los demás “hacían”. Yo no lo podía creer, no entendía cuando se había vuelto puto (perdón la expresión, pero es la que pensaba de dormida). Pero en parte me sentía aliviada por que cuando yo salía con él todavía no tenía esa inclinación. Desperté convencida de que se había vuelto gay.

Y no recuerdo más…

lunes, 1 de junio de 2009

De flemones, ex, piletas y viejes...

Soñé que me iba de viaje -creo que en avión- y que debía de preparar las maletas. Primero agarraba sólo una muda pequeña de ropa, pero luego me fui dando cuenta de que donde iría haría frío, por lo que empecé a guardar más y más, escogiendo muchas poleras y abrigos -repasaba mentalmente todo mi guardarropa para saber cuál era la ropa nueva y cual la vieja-, y de paso le recriminaba a mi acompañante que no me avisará del clima, y que por eso yo era la última en salir del lugar por que seguía empacando.

También soñé que nadaba en una pileta descomunal. Era muy profunda, pero tenía apenas el agua necesaria para que me llegue hasta la cintura. Era de color gris, y para ver el borde debía de mirar para arriba, ya que habían metros y metros de azulejos grises amohinados interrumpidos de a ratos por las bocas de las cañerías que alimentaban la pileta. Me daba miedo que sea tan grande, así que nadaba por los bordes, sin alejarme mucho porque presentía que podía haber correntada.

Soñé que iba en una lancha por el río, a una gran velocidad. Rodeaba una isla de un gran perímetro, y al llegar de nuevo al punto de partida, como no podía frenarla, sencillamente clavé los frenos y la hice virar, saltando de ella hacia el borde contrario de la isla, a otra isla. La lancha siguió deslizándose, pero por suerte no chocó con nada.
Y allí me esperaba el verde pasto del otro lado, así que sin saber la profundidad del agua me tiré a cruzar la brecha de agua que me separaba de mi isla. Nadé a una velocidad vertiginosa, apenas si tocando el agua verdosa, pero sintiendo la calidez de ella. Ya estaba del otro lado, y luego de cruzar un cerco de postes me junté con un hombre que estaba cerca de un auto negro.

Me despertaba a cada rato sintiendo un dolor en la boca porque soñaba que tenía dos flemones: uno a cada lado; y que también tenía una hinchazón horrorosa en el labio superior, en la zona media. Era bastante desagradable el sentir la boca completamente inflamada, tenía la sensación de que podía morir al llegar la infección a mi cerebro (estúpidos senos maxilares).

Soñé que volvía con Leonardo, que nos besábamos y que a mí me gustaba, pero que le decía que no pensaba tener sexo con él.

Y creo que nada más… ese fue el rejunte de esta semana. Esta vez no hubo Víctor…

domingo, 24 de mayo de 2009

Encuentro raro...

Iba cruzando una calle que me recordaba mucho al barrio de mi niñez, con calles de tierra, en Suárez. Y de frente viene caminando Víctor, para gran sorpresa mía. Estaba igual a como lo recuerdo de la vida real, y hasta tal vez un poco más alto. Venía caminando con una chica, y me vio, pero no me reconoció y siguió su rumbo. De mi boca no podían salir palabras, estaba muda del asombro.
Pasa a mi lado sin mirarme y se mete tras un portón, entrando a una casa. Lo veo alejarse hacia la puerta de entrada atravesando el patio, y ahí me doy cuenta de que esa era mi casa, y de que Víctor entraría en ella.
Lo sigo viendo, camina por el pasillo del costado, rodeando la casa para dirigirse a mi pieza que está aparte. No podía dejar de pensar en lo asombroso de tenerlo allí, cuando lo veo reaparecer y tratar de abrir una puerta -inexistente en la vida real- que conecta mi casa con la del vecino. Entro en pánico, por que sabía que si cruzaba esa puerta no lo encontraría más, y entonces lo llamó con un grito: ¡Víctor!
Se da la vuelta y me mira con intriga, entrecerrando los ojos para tratar de reconocerme. Avanza hacia mí despacio, y cuando estamos a pocos centímetros, veo en su cara que por fin se da cuenta de quién era yo. Su cara se va transformando en una mueca de alegría y me dice, como preguntando pero a la vez afirmando: ¡¿Mario!?
Y yo le digo: Si…

Yo era Mario, y no Barbi. Y lo peor de todo es que estaba segura de ser Mario. Ahora, no tengo ni idea de quién era Mario, pero por un momento lo fui ante los ojos de Víctor.

Y así desperté.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Dobles

Este sueño me lo gané por mi obcecación en leer a Dostoievsky y Lovecraft en simultáneo, y por mirar Naruto Shippuden… Les cuento de qué se trata:

Estaba en una habitación muy bien amoblada, tanto que parecía un hotel de lujo. Estaba junto a otra chica, y había una máquina que generaba dobles, y lo único que uno tenía que hacer era exponerse a los rayos invisibles que emitía el aparatejo. La finalidad de un doble era para que tuviera sexo y filmara una película porno junto a mí, como si fuéramos gemelas ¿?. Pero estando ahí, lo pienso mejor, y al ver que el doble de la otra chica, además de ser un calco fiel era en extremo desinhibido, me decido por hacer uno y luego clonarlo nuevamente, para tener dos copias que pudieran filmar sin ningún tapujo. Estaba el plus de saber que la experiencia que ellos tuviesen la sentiría y ganaría yo también, como si mis clones fueran Kage Bunshins de Naruto.

Y final del cuento, no recuerdo si hubo o no parte xxx.

lunes, 11 de mayo de 2009

Más de Víctor...

Me lo encontraba en una panadería, y caminábamos juntos escogiendo las medialunas. Él estaba a mi izquierda, y yo lo miraba a cada rato, indecisa de si declararme o no, ya que no sabía si tenía novia, hijos o lo que fuera.
Y él me sonríe, y me habla con un tono de voz muy dulce y pausado, característico de él (ni yo sé desde cuando le reconozco el timbre de voz, pero lo hago).
Y ahí tomo valor y le digo algo así: "Sé que esto te va a sonar raro por que no te conozco y hace mucho que no nos vemos...pero me gustaría que salieramos para conocernos, y tal vez hacernos novios ¿?, por que yo estoy enamorada..."
Y él no me dice nada, sólo me mira y me sonríe, como asintiendo.

lunes, 4 de mayo de 2009

Estábamos huyendo de un dinosaurio que no tenía carne, que sólo era un esqueleto, pero no de hueso, si no de algo así como cemento. Todo el mundo corria por que no había nada que hacer contra semejante bicho, y se metían en un sitio resguardado por una cortina metálica, levantada apenas para permitir que alguien pasase por abajo.

Yo tenía un arma que consistía en un hilo tipo tanza, con un gancho en la punta. Yo lo arrojaba y lograba que se enganchase en una de las costillas del animal, y luego tiraba, logrando romper el hueso. El metal del gancho era muy fuerte, era lo único que dañaba al animal. Pero yo dudaba de usarlo, por que la tanza era débil y podia cortarse. Ante mi duda, un compañero-que se me antojó un cavernícola-me dijo que qué hacía que no lo ayudaba a matar al bicho. Tiro de nuevo mi arma, logrando agarrar otra costilla, tiro y se rompe por fin el hilo. Ya no había esperanza, así que todos nos dirigimos a la entrada cubierta por la cortina, y arrastrándome bajo ella, entré. Dentro todo era cálido, habían muchas luces, ruido y música. Era algo así como una feria, y yo me sorprendía de la vida y la tranquilidad que allí se respiraba siendo que fuera estábamos dando la vida por salvar al ¿mundo?. Yo pensaba: "qué desagradecidos que son en la aldea...". Sigo caminando, y veo mesas repletas de comidas; entramos a un restaurante y me siento a una mesa redonda junto a mis compañeros de batalla. Nadie nos servía comida ni teníamos como pagarla, así que con disimulo agarramos las sobras de los de al lado. Eran bandejas plateadas, llenas de asado. Se veía tan pero tan rico.



Viajaba en un colectivo, pero sólo éramos dos personas. Lo paramos en el medio de una calle, y cruzamos un puente, y costeamos una valla que nos separaba de algo, que no sé si era una costa rocosa, pero me daba la impresión de que sí.

Luego vuelvo a estar en el colectivo, pero eramos tres personas; se había agregado mi abuela. Paramos en la misma calle y cruzamos el mismo puente, pero eramos dos. Mi acompañante me recrimina por dejar a mi abuela tirada en el colectivo, por lo cual vuelvo rápido y la saco del ahora Falcon verde.



Y fin de la historia.

Sueños perturbadores

Fueron dos, de diferentes días:

*Estaba en el cordón de la vereda, en una esquina, y veo como el agua del cordón iba subiendo. Al principio la calle era de tierra, y se parecía mucho al barrio de la casa de mi viejo, en San Martín; pero con la crecida del agua, ahora se veía asfaltada, y las juntas del asfalto eran notorias. El agua seguía creciendo en oleadas, por que ahora era el mar el que lamía la vereda. Había más gente en la vereda opuesta, y estaban bastantes asustados por la suba del agua. Siguió subiendo, y el agua era trasperente a más no poder, se podía ver con claridad el fondo, y con cada ola se formaba espuma. De repente me veo sobre un montículo de tierra y hierba, un poco por encima del nivel del agua, que ya era bastante profunda, pero seguía iguak de clara. No tenía miedo, mi seguridad de saber nadar me daba la confianza para zambullirme en cuanto quisiese.
En un momento miro hacia la otra esquina, que es de donde venía el agua, y veo que aparecen olas negras, que al romper, ensuciaban el agua. Pero yo seguía tranquila, porque eso ocurría en la orilla opuesta y no en la mía; estaba maravillada con que el mar llegase hasta mis pies.... La alegrìa me duró hasta que noté que las olas negras seguían avanzando contaminando mi orilla. era horrible ver como esa gigantesca masa negra se movía y ensuciaba todo a su paso. Ahora si que estaba asustada, ya que en esa agua no me animaría a nadar. Y de sólo estar empiezan a aparecer muebles en el agua que volvía a ser clara. Destacaba un sofá rojo, y sillas de madera, pero había más... Y ahí entendí que se trataba de una inundación, y sentí mucha tristeza por la gente a la que le estaba pasando.

*Me tenía que deshacer de un tipo que ra una mole rubia. Muy parecido al ruso de la película "The Punisher", nada más que se veía más gigante aún. Me apretaba, y yo sabía que tenía claras intenciones de matarme, por lo cual peleaba y trataba de que me suelte.Sentía terror de que me apretara fuerte y me rompiera los huesos. En un momento me sujetaba fuerte, pero yo tenía en la mano algo así como un bisturí, pero escondido, por que mi intento de esacape era solapado. No sé como, pero hago una montaña de plastilina marrón sobre su cabeza y luego hundo el bisturí en ella, a modo de silenciadora. Pero no pasaba nada...el tipo seguía vivo.
Ahora me perseguía, y llego a un complejo de piletas en donde logro escabullirme de él, y me voy lo más lejos posible, topándome con un muelle de madera muy viejo. Bajo el muelle había un chico que parecía muy viejo, y que me decía que no podía salir por ahí por que estaba todo cercado. Miro más adelante y puedo ver el mar, pero efectivamente había un alambrado, y para peor, también había un perro gigante y marrón atado a un poste que dormía. Sabía que no podía pasar sin despertarlo y con eso alertar al rubio de mi localización, pero también sabía de que si me quedaba ahí, tarde o temprano me encontraría. Estoy en la duda, pero al mirar el mar de nuevo me quedo espantada, por que estaba oscuro, y cada ola que llegaba depositaba en la costa una gran cantidad de algas y ramas de àrboles. Además estaba muy picado y crecido; y si quería huir por ahí, no me quedaría más remedio que ir a mar abierto, por que la pequeña playa estaba rodeada de rocas. No tenía escapatoria, estaba deseperada, y es entonces cuando se aparece de nuevo mi asesino. Me iba a agarrar cuando veo que una mujer le salta a la cabeza y lo noquea de un golpe muy fuerte... no sé quien era ella, pero me alivió tanto que se terminó el sueño.




sábado, 2 de mayo de 2009

Buscando a Víctor

Me había encontrado con la novia de mi ex-no la conozco, no sé si tiene novia, pero sé que era la novia-, tenía el pelo negro y lacio. Yo salía del mercado, y en la alambrada de la vereda había un papel con mi nombre escrito, y sobre él un tachado, que en lugar de Barbi decía Diana. No sé como, pero yo había encontrado la manera de que con sólo tachar una letra podía lograr la conversión del nombre; y pensaba: "pobre idiota...muy para Leonardo", pero no se lo quería decir, por que ella tenía información muy importante para mí, información sobre Víctor.
Sabía que ella lo conocía, y le pregúnté que sabía de él, a lo que ella no me quería contestar. Me sonreía y movía la cabeza negando, y yo iba tras ella rogando por algún dato. La seguía por un camino terroso, y por último por una plataforma rodeada de agua estancada marrón, de la cual tenía miedo de caerme si le seguía insistiendo.
Le pido el mail, la dirección, el teléfono, algo...pero nada. Cómo último esfuerzo le pido que por lo menos me dijese si estaba gordo, feo y granudo, a lo que se ríe y me dice: "no, nada que ver", con lo que me alivio. Y ya que obtuve una respuesta, insisto más esperanzada, y en un momento me dice: "trabaja en una panadería de Boulogne", y después de eso no quiere abrir más la boca, dejándome con la duda de cuál de las tantas sería donde trabajara.
Durante todo el tiempo que le hablaba a la chica, una pregunta rondaba mi mente: "¿sabías quién soy yo?"; por que yo sabía que ella no estaba entereada que yo era la ex de su novio, y que le hubiera molestado enterarse y haberme estado hablando...y yo no quería que se enojase por que sabía de Víctor, y era mi único contacto para encontrarlo...

Y no recuerdo más...

miércoles, 29 de abril de 2009

Víctor

Otra vez lo soñé. No recuerdo nada, sólo la sensacion de que estaba con él, de su cercanía; y sé que lo llamaba, decía su nombre una y otra vez, una y otra vez. Me despertó el celular, y seguía llamándolo despierta. Es tan lindo pero tan trise soñar con él.
Aún no lo pude encontrar.

martes, 28 de abril de 2009

Otra vez Víctor...

Estábamos entrando a un aula de la facultad, creo que era una clase de física o algo así. El recinto era de paredes grises, muy amplio, y las sillas y mesas de un gris aún más claro. Estaba con Pina(mi mejor amiga), y de repente entra la profesora, pero era muy joven, y parecía más instructora de gimnasio que profesora, por la ropa que llevaba. Nos dice que vamos a expandirnos un poco más por el aula por que estábamos todos apretujados e un rincón. Y me voy a ubicar a un lado más alejado, y me encuentro con él, con Víctor. Me miraba, y yo me perdía-literalmente-en sus ojos. No sé que más pasaba a mi alrededor, sólo era sentirlo sentado frente mío y pensar en lo bello que era tenerlo así de cerca. No sé si hablábamos, si reíamos o nada; sentía una paz profunda al estar junto a él.
Nos sacan del aula y nos meten en un colectivo muy largo, que en lugar de asientos tenía pupitres. Yo quería sentarme al lado de Víctor, pero Pina-que hasta ese momento había sido olvidada-se mete entre él y yo. Yo no quería decirle nada, pero ella me mira sorprendida y me dice: “estás enamorada…nunca te vi sonreír y mirar así a ninguna persona”. Ante semejante afirmación me vi imposibilitada de negar, sólo dije: “desde sexto grado que estoy enamorada”
Estuvimos en esa oscuridad un tiempo largo, yo perdida en mis pensamientos sobre él, y la clase se ve que continuó, por que al rato sentía la premura de entregar mi ¿trabajo? A la profesora que se venía acercando…Me desespero, y al mirar a mi derecha-Pina y Víctor estaban a mi izquierda-veo un río, con los bordes de cemento, como su fuera un canal artificial o algo así. Pienso en huir por ahí, pero por alguna circunstancia dejo de sentir el miedo a que me pidan la tarea, y vuelvo a mi sitio….pero iba costeando la orilla de otro río…Yo creía que estaba segura, a buena distancia del borde, cuando siento que un aire me succiona para atrás, me eleva por los aires y me hace caer al agua a unos cien metros de donde estaba. Habían árboles y mucho verde, y el agua era rara, casi ni la recuerdo. El punto es que jamás me sentí sumergida, o no le prestaba atención, por que sólo pensaba en que Víctor no m viera salir volando así.
Mágicamente vuelvo a mi posición, y vuelvo a perderme en sus ojos.
Desperté tan contenta…

(Hace mínimo seis años que no lo veo, y es verdad que en sexto grado estaba enamorada….pero jamás pasó nada, y cuando seguimos haciendo la secundaria juntos nunca se me ocurrió que me gustaba…pero veo que sí, que jamás me dejó de gustar; y estoy convencida. ¿Cómo se puede soñar con una persona que hace tanto que no ves, que ni recordás, y de manera tan hermosa? Y no es la primera vez que me pasa…hace poco subí un sueño con él… Ahora empecé mi búsqueda, por que quiero volverlo a ver. Pero nada de en sueños…)

domingo, 26 de abril de 2009

Paraíso

(El encabezado puede resultar un poco obsceno luego de que se entienda del por qué el lugar del sueño me parecía un paraíso…pero es lo único que se me vino a la mente luego de soñarlo. Me sentí muy rara todo el día por causa de este sueño tan gráfico.
Mejor les cuento…)


Iba a clases de natación, pero estaba en un aula de clases común y corriente. Había muchos alumnos y yo me quedé parada a un lado mirando el pizarrón verde cubierto por una película blanca de tiza vieja. Allí estaba Ivanna, una compañera de secundaria que hace siglos que no veo; ella estaba hablando acerca de la carrera que había seguido. Decía que había dejado medicina por que era poco para ella, que no la llenaba, y que en cambio lo que ahora hacía si le gustaba y era un mayor desafío. Todo lo decía con voz de autosuficiencia, y a mi me entraron una ganas terribles de borrarle la plástica sonrisa, así que le dije que el verdadero desafío para ella –según me había enterado- había sido aprobar química del CBC, y como no lo había logrado, jamás llegó siquiera a ingresar a la UBA. Vi su mirada de odio y humillación, y me sentí contenta por haberle dado su merecido. Nada justificaba que tirase basura sobre la carrera que yo sigo, y menos menospreciarla.
Ahora salíamos de la clase de natación que ya había terminado. Yo estaba en malla, y sentía el calor del recinto climatizado-por que era invierno-. Me dirigía a los probadores cuando al llegar observo a un chico apoyado contra un lavabo largo de azulejos amarillos. El chico en cuestión estaba desnudo y presentaba una erección de tamaño nada vulgar. Lo más raro es que tenía puesto un preservativo y que se masturbaba con él puesto. Más a sombrada que avergonzada aparto la vista, y me topo con otro chico que estaba desnudo dentro de lo que debiera de ser el vestuario femenino. Empiezo a mirar alrededor y veo que todos estaban dejando ver sus atributos, y de que no había una sola mujer en el lugar. Por un pasillo iba un muchacho completamente vestido, pero oh…tenía el pene fuera, y andaba tranquilo como si estuviese mostrando un pie.
Yo pensaba que tal vez me hubiese equivocado de probador, pero en el acto me llegó el conocimiento de que eran compartidos, y que por eso los chicos estaban allí.
Seguí recorriendo el lugar, maravillada ( jaja, que vergüenza, pero es la sensación que tenía en el sueño…para qué mentir…), y cada dos segundos volvía la vista hacia el chico del preservativo, que era el que más curiosidad me causaba. Yo pensaba ¿a quién se le ocurre hacerse una paja con un forro puesto? (si, pensaba en esos términos).
No sé cuanto tiempo estuve ahí, pero vi más penes de los que jamás pensé.
Ivanna se apareció de la nada y me fue empujando fuera del lugar, por un pasillo de piso de tierra rojiza lleno de bolitas de algún árbol. Me recordó mucho al piso de mi colonia de verano, y ahora estaba allí, dirigiéndome a los comedores con mi grupo. Pero al llegar, en lugar de haber mesas con los platos puestos, había puestos de artesanos. Se parecía mucho a la Diagonal de los Artesanos en Mar del Plata, pero el piso era de tierra y había más árboles.

Y me veo caminar por allí, pero no recuerdo más…

viernes, 17 de abril de 2009

Llanto

No sé que soñé, no sé ni con quién. Sólo tengo la vaga sensación de que perdía a alguien, de que alguien se había muerto, alguien que yo quería.
Sé que me despertó mi propio llanto seco; por que allí no habian lágrimas, si no más bien gemidos de angustia o de agitación. No sé qué fue eso. Me volví a dormir contenta por haber despertado llorando; y es más, estoy segura de que en ese momento sabía quien era el sujeto del sueño-si, tengo la certeza de que era un hombre-.

Lo sentí como un llanto liberador.

jueves, 16 de abril de 2009

Dos semanas...

(Uf...perdón por la ausencia...no es que no haya soñado o que no haya tenido tiempo para postear, sólo que no tenía ganas...Pero acá estoy, luego de un ataque de culpa al ver que mi link en otros blogs figura como viejo... Por supuesto pasadas dos semanas no recuerdo casi nada, pero haré lo que pueda)

Yo era Shikamaru-un personaje de Naruto-y para derrotar y dominar a una persona que detestaba, le lanzaba mi jutsu de posesión de sombra. Podía ver como la silueta negra se alargaba hasta llegar a esa persona -que al final resultó ser una mujer-, pero en lugar de hacer que se quede quieta, yo podía lograr hacer que se sintiera mal, más precisamente triste. Y veía como arrugaba su frente a punto de ponerse a llorar, y lo peor de todo es que yo le provocaba ese dolor, pero yo también lo sentía y sin embargo no quería o no podía pararlo. Así y todo, al despertar me sentía muy contenta de haber soñado eso.


Soñé que pertenecía al Clan del Oso Cavernario, pero que tenía que montar un búfalo. Eran todas sensaciones, sin imágenes. Podía sentir el movimiento del animal bajo mío queriendo librarse de mí, y el calor de su pelambrera. Era parte del Clan por que lo había logrado, y mi corazón, lo único que sentía era felicidad. Fue hermoso.


Soñé con Leonardo-mi ex-, pero no puedo recordar qué. Pero sé que no me dejó una linda sensación al despertar.


Soñé con pasillos verdes-creo-, pero tampoco sé que más.


Había tanto más, pero ya no recuerdo...

viernes, 27 de marzo de 2009

Otro rejunte...

Esto es una recolección de los sueños de la semana esta que pasó, o mejor dicho de los fragmentos que recuerdo (si, yo y mi vagancia de no postearlos en el mismo día). Ahí les va:

*Estaba en una fiesta al aire libre, en un lugar a la orilla del mar. Era una playa rocosa, por lo cual todos estábamos sobre las piedras, que para comodidad eran chatas y no eran resbaladizas, de un color arena. Hablaba con un chico-que tengo la sensación de que era mi ex cuñado, pero no lo sé con certeza-, y me da un vaso con fernet, el cual tomo gustosa, y me indica qe ahí estaba Leonardo-mi ex-. Lo veo a unos pasos de mí, pero su roca era más baja que la mía, por lo cual yo le llevaba más de una cabeza. la sensación de ser más "grande" que él era indescriptible. Lo miraba de arriba, denigrándolo con la mirada, con una sonrisa de gusto-y estoy segura que en sueños sonreía-, sumida en pensamientos de victoria y de venganza consumada. Era tanto lo que sentía que no me di cuenta que estaba amaneciendo-aunque no se si enrealidad era de noche, sólo se que amanecía- y con ello la marea subía también. Lo seguía mirando, no era él en realidad, sólo se le parecía en lo morocho y en los ojos, pero mi cabeza me decía: "si, es Leonardo". Y le decía algo, me regodeba de mi situación actual de grandeza y demás, cuando siento que el agua me moja los pies. Aparto mi vista de él, y lo que veo me deja abrumada: Seguía parada en la roca amarilla, pero de a poco esta era cubierta por el agua de mar. Esta era tran clara y espumosa que m daban ganas de tocarla y nadar en ella. Y mirando para el horizonte se divisaba el basto mar, totalmente calmo y de un d¿color verdoso semi transparente, muy hermoso. Y mi roca estaba alejada de la orilla, por lo tanto era como una isla. Parecía que se fuera a largar un tormenta, por que ahora subía más a prisa; mas yo no sentá miedo, por que no me molestaba tener que meterme en un agua tan bella.
Lo que más me impactó fue el ver mis pies descalzos sobre la roca, siendo cubiertos por esa agua.

*(Me da un poco de verguenza contar este sueño, pero bueno, trataré de ser lo menos gráfica posible): Estaba en una colchoneta en el piso con un chico. Estábamos teniendo un poco de sexo oral, cuando de sólo estar se detiene y me hace repara en dos figuras que nos miraban desde un rincón. Eran dos chicas pálidas de pelo negro y muy largo, que estaban completamente desnudas, a la espera de que las incorporásemos en nuestro juego-por que yo lo sentía como tal-. Y se unen luego de mi aceptación, pero ya no recuerdo más.

*Sólo veía un chico llorar delante mío. Lloraba con tantas ganas, que sentía deseos de arrullarlo. me dolía en el alma verlo así. No lo conocía, pero daba lo mismo; su pena era mi pena.

*No sé si estaba en el local o en casa, pero el punto es que Fabi me llamaba o me lo decía personalmente-tampoco lo sé- y me comunicó con voz alegre lo siguiente: "las llevo a las dos al shopping". Ni hablar de la felicidad que sentía, y más que nada alivio. (este sueño es claramente una preocupación laboral que tengo, por que se abre una nueva sucursal y va a haber mivimientos de personal, y no soy una mujer que le gusten mucho los cambios, y menos cunado estoy bien, como ahora).

*Era algún personaje de Naruto. estábamos en una casa, y yo veía pasar a Sakura, a Sai, al ruidoso de Lee, y a Naruto. Yo no sé qe personaje era, pero fue muy divertido, por que se veían como tal, y no como personas. Había mucho ruido, y lo que más destacaba era el pelo rosado de Sakura... Muy buen sueño, aunque no pasó nada. (esto me pasa por ver diez capis de un tirón).

sábado, 14 de marzo de 2009

Sueño Laboral


Estaba en el trabajo, pero no era el mismo lugar físico. Se parecía más bien al altillo de la joyería donde trabajaba antes. Estaba oscuro, y ahí estaba yo buscando alguna prenda bajo una escalera de madera alfombrada de rojo. El lugar era triste, seco y húmedo al mismo tiempo. Tenía una urgencia inexplicable por hallar lo que buscaba. Al rato se el por qué de mi urgencia, y es por que está la dueña en el local, y está evaluando al personal. Y ahí la veo, bien vestida del mismo color de la alfombra, con cara de pocos amigos. Me observa a mí. Hay más gente alrededor; se supone que son compañeros de trabajo, pero no reconozco a ninguno. Por fin encuentro lo que buscaba, y escucho a la dueña que dice que todos los demás están despedidos menos yo…Y yo pensaba en pobres de los otros que ahora no tenían trabajo y que se perderían la cena en el Alvear.


Fue muy bizarro, me quedo muy corta con lo que quiero plasmar. Y no puedo recordar más…

martes, 10 de marzo de 2009

Pesadilla en el colectivo

Me subo al colectivo, era el 314, y habìa bastante gente. De un momento a otro salgo de mi distracción y veo que ya no quedaba nadie en el colectivo, y que estaba avanzando por calles que me eran desconocidas, y estaba oscureciendo. Se detiene en medio de la calle que estaba desierta para mi terror. Se levanta de su asiento y se encamina hacia mi, y puedo ver su sonrisa de cerdo-si, era muy gordo y de cara rojiza, como un borracho-mientras abre sus labios para hacerme una pregunta: "¿te quedan algunos conitos?" y ahí me doy cuenta de que en mis manos tenía una caja de Havanetsv vacía. Me relajo un poco, desechando la idea de que el tipo tenía pensando violarme, pero enseguida me vuelve a agarrar el terror.
Lo siguiente que siento es que estoy tirada en una vereda desconocida. Ni veía mi estado físico, pero sospechaba que el tipo al final había resultado un violador, y quer luego me tiró por ahí. Me sentía aliviada por la confusión mental. Camino hasta un kiosco y pregunto donde estoy, a lo que me responde una chica: "en Petit Pasier". Cómo no conocía el lugar supuse que era muy lejos, en otra provincia. La vendedora me mira con lástima y le dice a una mujer que estaba con ella: "pobre, fue violada". Quiero huir de ese lugar, y empiezo a correr por una calle, y al doblar la esquina estoy dentro de un shopping, y en mi interior sé que es el de "las Palmas de Pilar", que no estaba tan lejos de casa. Estaba en el tercer piso, por lo que bajé las escaleras mecánicas en un istante y salí a la calle que era de tierra y muy humilde en comparación con los lujos del shopping. La gente me mirá y sé que todos saben lo que me pasó. Quiero llegar a la Panamericana para tomar el 15 y volver a casa, pero no sabía para donde ir, y no quería preguntar.
Ahora bajaba de otro colectivo y llegaba a una casa que supuestamente era mía. Era muy rara, tenía forma circular y era de varios pisos, con pequeñas ventanas y escaleras que iban por el exterior. Estaba pintada de un celeste verdoso. Sabía que me esperaba mi abuela y que me preguntaría que me habia pasado, y no quería que sucediese, así que entré por una puerta trasera y me fui a buscar mi traje de buzo¿?. Me lo puse, y allí estaban también conmigo mi hermana y mi primo con sus respectivos equipos, listos para lanzarnos al mar. Por que la casa estaba pegada al mar, ahora podìa verla en todo su esplendor; y estaba rodeada a además por un bosque muy hermoso de hojas muy verdes y suelo rojizo. Soy la primera en meterme, pero no de valiente, si no de cobarde, por que lo único que deseaba era desaparecer de la tierra para que nadie supiera de lo que me había pasado.

(Me llama la atención el haber estado tan estigmatizada durante todo el sueño, y no me quiero ni imaginar lo que le sucede a las personas que verdaderamente les pasa eso. Lo único rescatable del sueño era esa casa que me pareció la más hermosa que haya visto)

sábado, 7 de marzo de 2009

Fragmentos de la semana

Pues como el título bien lo indica, estos son resabios de sueños que he venido teniendo y que por una u otra razón no los subí. Es que últimamnete me levanto tan apresurada que enseguida me distraigo y vuelan las imágenes que tan nítidas esran hace instantes. En fin...

Estaba en una azotea, que se parecía mucho al segundo piso de mi antigua secundaria. Trabajaba, y también estaban allí mis dos compañeros de trabajo. Mi compañera estaba hablando por teléfono, y mi otro compañero no se animaba adecirle que cortara y que se pusiera a trabajar. Me mandó a mí. Me le acerco y le digo muy despacito que cortara que había gente. A todo esto, lo más raro es que estábamos vestidos como obreros de una fábrica, con enteritos grises en lugar de nuestro habitual traje negro, y con gorritos para que no cayeran nuestros cabellos en no se qué. me ignora olímpicamente, por lo que desisto de mi intención y sigo mi rumbo por la azotea dirigiendome a unas escaleras para avisar de mi fracaso. Se lo cuento y Fabi se enoja mucho por la actitud, por lo que decide encararla. Lo que vino me resultó cómico y aterrador a la vez, por que Fabi era perseguido por Vero(la compañera en cuestión) y corría con la cara desencajada de espanto mientras Vero profería maldiciones y lo miraba con cara de loca escapada de loquero. y de solo estar me veo hablando con ella, tranquilizándola. Fabi a mis espaldas sin decir ni mu.

**************************************************************************************************

Estaba en una casa muy amplia pero abandonada, que en lugar de tener ventanas tenía huecos gigantes. Y me sentaba allí, y de a ratos entraba y salía por la supuesta ventana y recorría un pasillo que me llevaba al patio trasero del lugar. Fue un sueño de mucha calma, relajador.

**************************************************************************************************

Ayer desperté sabiendo que había tenido un sueño sexual. Me levanté muy contenta, con una sonrisa pintada en los labios, y con esa sensación que tan sólo se logra luego de una sueve sesión de sexo con amor. O por lo menos no me dio la impresión de haber soñado con sexo desenfrenado. No se si se entiende.


Y lo de hoy no me lo puedo acordar...

jueves, 26 de febrero de 2009

Infraganti

Estaba en el mercado con mi hermano haciendo las compras, cuando no sé por que motivo debo dejarlo sólo un rato, ya muy cerca de la caja. Le dejo encargado que compre un pedazo de mantecol para llevar a casa. Veo la fuente blanca cubierta con film, la apruebo y me voy.
Ya de vuelta, le pregunto que cuanto gastó, a lo que me responde: 97$
¿Queeeé? No lo podía creer. Un miserable pedacito de apenas 200 gs costaba eso. Y Nico ya lo había pagado. Me voy a atención al cliente para que me hagan la devolución, no pensaba quedármelo.
El mostrador era muy alto, y me sentía disminuida tratándome de apoyar en él. No había nadie, pero de todos modos la chica de camisa blanca y pelo negro que atendía me ignoraba. Y yo que no ayudaba demasiado, puesto que no dije palabra.
Me empezó a atacar la vergüenza. ¿Tan pobre era que no podía pagar 97$ por un poco de mantecol? ¿Tan miserable? No me daba la cara para seguir ahí y exigirle la devolución del dinero.

En un momento me sueño durmiendo en mi cama, cuando viene mi mamá a despertarme diciéndome que por plagio me borraban mis fics de la red. Por no poner que los personajes le pertenecían a Takehiko Inoue me habían demandado, y ahora me buscaba la policía, con el plus de que todos ya sabían que los escribía yo, siendo que era un secreto hasta ese entonces.
Fue angustiante, por que podía ver que en cada encabezado de MIS capítulos decía: “Por Takehiko Inoue”
Fue una pesadilla.

(Bastante bobis, pero es lo que hay…)

jueves, 12 de febrero de 2009

El Amor al Final de la Escalera

(Oh, si…después de tanto tiempo he vuelto a tener un sueño coherente, tanto como se puede esperar de un sueño. Ya lo extrañaba).

Estaba sentada en mi cama, y frente a mí estaba un compañero de primaria que no veo hace mucho tiempo: Victor. Lo tomaba de las muñecas y lo atraía hacia mí, quería que hiciera el amor conmigo. Mi voz (pensamiento) sonaba demasiado suplicante cuando se lo pedía. Bastante lastimero, pero la verdad es que estaba realmente excitada, y el verlo tan frágil y pequeño más ganas aún.
Y de ahí no pasó, por que empecé a correr por las calles cercanas a la facu, iba por Uriburu, y estaba a tan sólo a una cuadra del hospital donde estaba Victor. Corría muy a prisa, tanto que apenas vislumbraba vetas de colores a mis lados. Llego a la ubicación real de la facultad de económicas, que era el hospital, y entro. Corro y corro, y sigo corriendo. No había gente, y se parecía más a una escuela que a un hospital, pues los pisos eran rojos y no habían asientos. Los pasillos en exceso anchos y ventanales daban a u patio de cemento. Era de día, y la luz reflejada en el piso daba a todo un aspecto rojizo. Llego a una escalera roja, y la bajo deslizándome. En el medio tenía una baranda divisora, y yo bajaba por la izquierda, preocupada por que podría estar subiendo alguien y tropezaríamos. Y no tenía fin, había recodos a cada rato, pero no parecía terminarse; hasta que terminó. Veo otra escalera roja, pero esta subía, y la subí deslizándome también.
Fue corto el trayecto, y llegué a una puerta blanca. Yo sabía que tras ella estaba Victor enfermo esperando por mi amor(¿?). Pero cuando estaba a unos pasos volvía a estar en la calle, pero esta vez salía de una alcantarilla sobre Uriburu. Y otra vez el mismo trayecto, la carrera, la escuela vacía. Todo igual, con el detalle que cuando bajaba la escalera se me aparece una mujer de limpieza recriminándome por bajar por el lado izquierdo. Llego hasta la puerta, y de vuelta vuelvo a la alcantarilla.
Ahora ya no corría tan rápido, podía ver los autos, los árboles, la gente. Otra vez me topo con la mujer, y esta ocasión habían personas en el hospital-escuela. Y de nuevo la puerta, que al final nunca pude siquiera tocar.

En una de las vueltas del círculo, yendo por Uriburu, me detengo en la plaza a observar un malabarista. Lo sigo por unas cuadras y lo veo entrar a una casa de los misterios. Estaba en compañía de Pina, yo quería entrar. En la entrada nos piden la edad, y descaradamente digo que tengo dieciocho (en lugar de mis veinticuatro). Pina se calla, ella no quiere entrar. Subo una escalera pequeña y entro a la oscuridad absoluta de un pasillo. Y no recuerdo más…

martes, 10 de febrero de 2009

Popurrí

Soñé con mi conducto inguinal…Soñé que tenía uno sólo, y que conectaba con mi ombligo, y que por ahí pasaban el ligamento redondo del hígado y redondo del útero; y me dolía. Lo podía ver para afuera, como una vaina conjuntiva transparente, con los ligamentos como cuerdas fibrosas blancas. Bastante asqueroso.

También soñé que a Tinelli se le morían los dos hijos, y que yo pensaba: bueno, tiene plata, que se compre otros. Pero de repente me muestran en una revista una foto de los dos nenitos, uno morochito y el otro blanco, de unos 8 años ambos, sonriendo, y me da pena y pienso en el padre todo afligido y me da culpa…

Al trabajo habían llegado zapatos nuevos, pero eran tan feos que yo no los quería poner a la venta. Eran tipo borceguíes, charolados en negro y con la puntera roja. Algunos tenían cordones, y otros eran más bien como sandalias. Elijo los más pasables y los pongo bajo el perchero de la ropa negra, pensando que a alguien le van a gustar.

Y si soñé algo más por estos días no lo recuerdo.

jueves, 5 de febrero de 2009

La Mártir y su Defensora

Yo estaba en la puerta de una casa, asomando medio cuerpo a la vereda. La puerta era de madera y muy pesada. Se alejaba de mí una compañera de primaria que hace más de 12 años que no veo. La veía de atrás, estaba más gorda y caminaba como una señora. Yo la llamaba por el nombre y apellido, le gritaba. Empecé a correrla, por que había algo que me urgía decirle, algo que aclararle. La alcanzo y se da vuelta, y por fin le veo la cara que se conserva como la recuerdo. Le digo: “Vos no entendés… tenés que escuchar a Pina (otra amiga, que entre ellas jamás se conocieron). Ella jamás te abandonó, siempre te espero. No te traicionó y quiere que la perdones. Ella sufre por esto, no pienses sólo en vos. Por favor perdonala!” Romina-que así se llama-me mira con escepticismo sin creerme y sigue avanzando. Siento pesar por Pina que seguiría en su sufrimiento, y miro para la casa donde de seguro estaría, y la veo como por rayos X sentada en la silla de un patio de cemento, decaída, con la mirada perdida en el piso. No pude hacer nada para defenderla.

Ahora nos encontrábamos en un pool muy lujoso, con pisos de madera lustrosa, arañas de luces en cada mesa, una gran barra y gente sofisticada que sostenían los tacos y sus tragos. Estaba allí con mi hermana, mi primo y Pina. Todos llegamos con un taco en la mano, buscando la mesa donde debería estar mi madre con su novio(en la vida real no tiene pareja), pero de sólo estar toda la escena se transforma en una pesadilla. Las mesas de pool ahora sirven de camillas que están todas cubiertas por lonas ensangrentadas. No era necesario levantarlas para saber que había en ellas. Pero así y todo el clima no era tétrico, si no más bien se sentía como estar en un taller, como si fuera trabajo.

La siguiente escena es en una playa. Estoy con mi hermana, y nos metemos al agua, pero no había olas, estaba calmo. De pronto siento el viento en la cara, y me veo remando en un bote con Verónica en la proa. Lo hacíamos a tal velocidad que no podíamos vernos los brazos, como si fuésemos animaciones. Y el bote se empieza a levantar de mi lado, quedando sólo apoyada en el agua la zona donde estaba Vero. Nos vamos contra una de las orillas de este río que antes era mar y chocamos sin mayores contratiempos. Y creo que luego vamos aun barco pesquero muy grande, pero mucho más no recuerd

domingo, 1 de febrero de 2009

Cartas del Mar

Este sueño puede ser algo confuso, puesto que recuerdo pequeños fragmentos.

Veo de pie ante mi a dos amigos. Él lucía como siempre (tal vez un poco más alto) pero ella estaba completamente distinta, hasta el punto de que si yo no supiera con certeza que era ella no la hubiera reconocido. Más alta, más delgada, piel más blanca y pelo más largo. Definitivamente no se le parecí, pero era. Me miraban, y evidentemente pretendían que los acompañara a algún sitio. Con ella estaba todo bien, pero para con él yo tenía muchos reproches que hacerle. Los pensaba, pero su actitud afable me impedía sacarlos por la boca. Me frustraba.

Y llegaba una ola, y con la ola podía leer una carta. Cada ola me traía un documento distinto, pero como eran tan seguidas no podía terminar de leer nada. No sé si me explico, pero una vez que la ola rompía y luego se retiraba, en el fondo del mar estaba escrito el texto. Pero el fondo no era arenoso, si no que era una hoja de carpeta rayada. Bastante loco el asunto.

De lo que sigue no tengo imágenes, y no puedo reconstruir nada. Sólo sentía el calor de otro cuerpo. Tengo la impresión de que en mi sueño lloraba, y también me sentía atada a algo de lo que quería liberarme. Tal vez quisiera liberarme de un cuerpo.
Di muchas vueltas en la cama (o en el sueño, no lo sé) y me daba la impresión de que llamaba a alguien.

Sólo sé que desperté pensando en mis amigos.

martes, 27 de enero de 2009

Angustia

Me dormí después de haber llorado por largo rato, así que supongo que eso afectó mi ánimo en el sueño, condicionándolo.

No habían imágenes nítidas, sólo más bien una idea mental de un chico delgado de tez pálida que sólo tenía puesta la ropa interior. Su cara estaba descompuesta del llanto, de la verguenza y del dolor. Se abrazaba el mismo su cuerpo, mientras unas manos invisibles lo zamarreaban de un lado a otro. Gritaba en silencio, pero yo podía oírlo muy bien. Y yo lloraba por él, por que me daba tanta pena verlo sufrir de ése modo mientras era despojado de todo lo que tenía. Ésa era la cuestión, al chico alguien le arrebataba algo importante (en la realidad yo sé que la que se siente despojada soy yo)
Todo era un mar de sensaciones disgustantes (se me empañan los ojos al recordarlo), y la angustia estaba en mi pecho pujando por salir. De a ratos yo era él, y el chico lloraba por mi. Y llorábamos y sufríamos, y seguíamos llorando.

Despertaba a cada rato, poco y nada he dormido ésa noche.

miércoles, 21 de enero de 2009

Rata de madera...

Estaba en el local donde trabajo, acomodando unas camisas por colores. Eran rosas y celestes. Me habían dado varios premios por hacer pilitas ordenadas, y yo esperaba ansiosa ganar el siguiente por mi buen gusto en combinar colores.


De repente me sentía una rata gigante colgada de una pared al norte. Se podría decir que clavada a la pared, pero no había dolor o malestar. Y esperaba que llegara mi conejo, el conejo con el que tendría buen sexo y felicidad. Pero estaba confundida, por que si esperaba que llegara un conejo debía colgar un conejo en una pared que de al norte, y no estar yo clavada en ella. Quería salirme, pero no podía. Así jamás llegaría el conejo que buscaba. Fue un sueño muy triste...

miércoles, 14 de enero de 2009

La Báscula

En el sueño yo era una esclava sometida por unas básculas que mi amo/a me introducía en el ombligo(digo amo/a por que distintas personas hacían el papel de mi torturador). El término básculas no es el adecuado, por que en realidad lo que tenía incrustado en mi ombligo eran sorbetes con el envoltorio de papel, pero yo insistía en llamarlos básculas.

Tenía ganas de huir del lugar donde estaba, pero el dolor y la incomodidad producidas por las básculas era tal que no me animaba a hacerlo. Me dolían, y no podía quitarlas por que me daba mucha impresión tocarlas y sentir como mis tripas se revolvían a cada movimiento.
Estaba en un cuarto con mi mamá, ella recién había terminado de planchar y sobre la mesa estaba la ropa y la manta que coloca siempre. Yo tenía puesta una remera azul, y desde arriba podía ver que en la parte de mi abdomen se abultaba por la presencia de las básculas. Dolían. En ese momento mi ama era mi hermana, no la veía, pero sabía que estaba cerca. Ideo un plan fugazmente: me saco muy despacio una báscula-sintiendo como se me revolvía todo- y la coloco bajo la ropa planchada. Iba a hacerlo de a una por vez, y para cuando terminase huiría corriendo. Sólo logré quitarme y esconder una cuando Daniela-mi hermana-volvió y levantó la ropa y encontró mi báscula y me la volvió a poner. La odiaba por hacerme sentir tan mal, y mi madre no decía nada.
De sólo estar me arranco todas las básculas de un tirón y echo a correr por un pasillo oscuro, con mi amo persiguiéndome-por que ahora era un “él” y no un “ella”-. Yo era más rápida, mucho más rápida, pero el me iba a alcanzar, lo sabía. Me paré, y la plataforma en la que yo estaba se elevó por los aires y me llevó hasta una terraza. Mi amo estaba en una terraza vecina, rabiando por que estaba fuera de su alcance.
Ahora estoy en el jardín de la casa de mi abuela, junto a la reja de la calle. No tenía ninguna báscula, era libre. Del otro lado de la reja veo venir a mi amo arrastrándose del dolor. Era un anciano decrépito, tan parecido a Smeagol que me dio lástima. Nos separaba la reja nada más, me confié por su aspecto deplorable, y no entendía como me había dejado dominar por semejante vejete tanto tiempo. Sigue arrastrándose, y yo lo sigo desde mi lado. De repente cruza por debajo, por un hoyo en la tierra, me apresa y me vuelve a colocar las malditas básculas. No lo podía creer…¿de dónde había sacado las fuerzas para someterme de ese modo ese anciano que hace ratos se arrastraba llorando?
Y sólo sentía más y más dolor, más incomodidad, y ya no pasó nada más.

(Durante todo lo que duró el sueño sentía una presión en mi ombligo muy cercana al dolor, tanto que en una oportunidad me desperté, me lo palpé y sentí auténtico dolor, aunque algo amortiguado, por lo cual lo ignoré y me sumergí nuevamente en ese sueño de esclava)