La vida Onírica

Oniros, uno de los mil hijos de Tánatos, conocido también como Morfeo por su capacidad de tomar la forma de seres humanos y mostrarse en sueños.

miércoles, 25 de julio de 2007

El Gen Boliviano

¿Alguien ha visto la propaganda en la tele del Gen Argentino? Pues yo sí, y dá la casualidad de que el primer día que la ví, por la tarde estuve observando a un par de hermanos bolivianos que traen la verdura a la dueña del local donde trabajo. Uno de ellos tendrá 14 años, mide 1.7 aprox, rechoncho, piel oscura, cabellos ondulados y duros. La nena tendrá 10, y pesa más que el hermano. No es fea, pero sólo es cuestión de tiempo que siga engordando y pierda la tersedad de la piel. Conozco a la madre y al padre, y son todos idénticos, mismas caras, mismo cabello, la misma nariz redonda y cachetes inflados, todos con la raya del traste afuera al agacharse(eso sí, todos con artículos de oro, oro boliviano, como me explicaron). Y mirandoa la niña caí en la cuenta de tales semejanzas, y me sorprendí de lo fuerte que era la sangre para mantenerse tan firme de generación en generación. Y pasó.
Soñé que venía caminando hacia mí un bebé (con edad suficiente como para caminar), morocho y desnudo. Era una nena, pelada, algo delgada, con la cabeza por demás grande. Y miro su carita, y era el bebé más feo que había visto. Sin sonrisas, sólo con una mueca de desconsuelo contínuo, alargándome sus brazos para que la tomara. Y lo más impresionante eran sus ojos: eran blancos, como los de Daredevil(esa nocha mire la peli antes de dormir), pero me miraban. Y debía de decirle algo a la madre, no quería alzarla. Suelto un "qué lindo bebé", y en el acto me siento la peor basura por mentir de tal manera, una anguastia total por tener que haber sido tan falsa a la fuerza. Inediatamete visualizo la pantalla de una televisión, y aparecía en letras grandes, blancas y rojas, "El Gen Boliviano".
Y no recuerdo más.

Aclaración: no tengo nada en contra de los bolivianos. No sé por qué aclaro, pero no es negación.

viernes, 20 de julio de 2007

El hombre del reflejo

Duermo muy cerquita de un Orbis, y de noche miro la llama azulada através del vidrio de protección, y allí se reflejan las luces de la casa, veo pasar los gatos, la gente que entra y sale de las habitaciones,etc. Anoche despierto y miro un reflejo raro, era la cara de un hombre desconocido, que me observaba por el reflejo(como cuando uno ve que el colectivero lo mira). Me doy vuelta de inmediato, y ahí me doy cuenta de que es un sueño. El hombre esperaba que le entregara un reloj que había dejado para arreglar. Y yo remoloneaba en la cama, no me quería levantar. El me estira un brazo para alzarme, y yo estiro el mío. Inmediatamente veo mi brazo desnudo, y miro bajo la colcha: nada de ropa. Chan! me escondo nuevamente bajo la manta. Y no recuerdo más.

martes, 17 de julio de 2007

Isaías

Isaías tiene diez años(tal vez 11), es vendedor ambulante. Pasa todos los días por el local donde trabajo ofreciéndome Mantecol, bizcochitos Criollitas, ChocoChips, maní, tijeras e hilo, pañuelitos y demás productos económicos. Tiene casa, una familia a la que no conozco y odiaría conocerla, una televisión(estaba muy emocionado cuando pasaron Harry Potter y el prisionero de Azkabhan, vendió todo rápido para llegar a verla), dos hermanas, una de las cuales se casó hace muy poco e hizo una gran fiesta, un papá diabético y alguna vez mencionó a su madre al pasar. No es de la calle, estudia por las mañanas y por la tarde trabaja en el tren, bajando en cada estación a proveer a su clientela de todos los días. Llega impecable en su aseo personal, las manos limpias, oliendo bien, el rostro redondo como un tomate, el cabello cortito sin asomos de grasitud. Su ropa ya no lo es tanto, remendada y sucia. No siento compasión por él, no me guata llamarlo así, siento injusticia. Injusticia de que deba trabajar siendo aún una criatura de voz tan dulce, injusticia de que ande por las calles tan entrada la noche, injusticia de verlo comer las sobras de una tortilla de grasa dejada en un puesto ya cerrado, injusticia de verle las manos como un matambre rojizo debido al peso de las cajas de mercadería que lleva, injusticia de que no pueda estar en su hogar haciendo la tarea o jugando a la pelota en una esquina. Injusticia de que le haya tocado vivirla así.Y anoche soñé con él: Lo invité a mi casa a comer, y él se presentaba con su campera celeste de sienpre y un jean oscuro y gastado. Traía una enorme caja de galletas al hombro. Le quise ofrecer mercadería que había comprado para que lleve a su casa, pero se negó rotundamente, con dignidad de pobre. Yo no entendía tanto orgullo. Y la veo a ella, la madre. Flamante, recién salida de un salón de belleza: el pelo negro, largo y enrulado; maquillaje perfecto; vestimenta de ejecutiva, tacos y cartera. La odié, la odié profundamente, y la insulté mentalmente por tener a su hijo trabajando en la calle. Tenía tanta rabia que sentía que me babeaba, como los perros. Y me hablaba, me explicaba no sé que cosas. Yo no escuchaba, estaba concentrada en detestarla.No soy quién para juzgar a los padres del niño, y lo sé, pero no puedo evitar odiar su familia, odiar a perfectos extraños. Me lo robaría, lo tendría en mi casa viviendo conmigo, compartiendo la mesa, las tardes de películas, la merienda de la tarde, una salida al cine, todo. Pero no se puede, y después de todo no creo que él así lo desee.

martes, 10 de julio de 2007

Incesto, abuso,venganza y angustia.

Sueño por demás raro. Vuelvo a mi antiguo trabajo, en la librería. Mi vieja trabajaba conmigo, y acada rato se peleaba con el jefe. Decía "Por que Nicolás esto, por que Nicolás lo otro". Pero mi ex-jefe se llama Javier. Y la llama a hablar, y ella le dice de laburar medio día, pero él se las agarraría conmigo, yo sentía sus ojosmirarme con furia. Mi madre le dice que yo seguiría igual, que no era el problema. Empiezo a hablar con el, pero me va empujando por un pasillo estrecho alfombrado de paredes altas. Luego de un poco de forcejeo veo la intención, trataba de abusar de mí. Lo último que esperaba de él. Su cara estaba rojiza, y veía claramente sus pocos pelos pellirojos y canosos. Me tira afuera. Me veo maniatada rodando por un patio de cerámicos rojos o anaranjados. Pasaba de una mano a otra. No veía a nadie, pero de todos modos no dejaban de llegar. ¿Una violación en masa?(me recuerda a un libro que leí). Y seguía pasando de mano en mano, me movía, giraba en el lugar tratando de zafarme de las cuerdas blancas, más no podía. (Supongo que me habré estando moviendo dormida). Por fin puedo ponerle un rostro a mis abusadores...eran mis dos hermanas. Ponerle un rostro es un modo de decirlo, ya que no las veo, sólo sé que son ellas, y más tarde lo confirmo. Sigo girando por un pasto y paso un arbusto bajo y caigo a la vereda. Era una especie de plaza. Empiezo a correr, ya no estaba atada. Entro en una casa, las más cercana, sabiendo que mis agresoras no se animarían a ingresar donde hubiera más gente. En la puerta había un niño rubio con la cara sucia. Entro rápidamente, era un hogar en exceso humilde. Las paredes parecían de cartón gris, un gris sucio. Un cubículo apestoso con un anafé en un rincón, sin puertas, sin ventanas. Y dentro sólo había otro niño rubio enmugrecido. Ahí supe que cometí un error, no habían adultos, mis hermanas entrarían por mí.
Estoy de vuelta en mi casa, en el baño con mis dos hermanas. Las miro con odio y no entiendo como pudieron someterme. La más grande soy yo(físicamente)y en la vida real puedo someterlas con fuerza, pero ellas amí me parecía ilógico. No dejaba de preguntarme cómo lo lograron. En pos de venganza tome con la mano agua del inodoro y se lo arrojé en la cara a daniela(mi hermana myor), y la tomé de los pelos y se lo corté con un cuchillo de serruchito. Tarea difícil, no tenái mucho filo. A esto, Verónica(mi otra hermana)se ría de la suerte de Daniela, por lo que decido meterle la mano que estuvo en el inodoro en su boca. Pero ahora mi mano tenía heces, y Verónica ya no reí.
Miraba la tele, dándole la espalda a mi madre. Pensaba en como era posible que mis hermanas me hicieran algo semejante. Estaba angustiada, y sabía que me quedaría un taruma. Recordaba las veces que ellas se decían mejor persona que yo, y ahora hacían esto. Y gimoteaba, en silencio, sin sin mover un músculo, de espalda a todos. Lloraba fuerte, pero en silencio. Y me desperté, estaba llorando, en silencio.

viernes, 6 de julio de 2007

Relojera de gatos

Me dormí con el Bombón en la cabecera de mi colchón, apoyando mi mano en su pancita tibia, y soñé, soñé que me traían gatos para que les cambie la pila, por que estaban tristes y ya no servían. Me trajeron a mi Bombón(y me desperté, la miré dormida, y seguí durmiendo) y me veía abriendola con un cortaplumas azul. Le levantaba la tapa y miraba su máquina, estaba perfecta, pero al cliente le diría que necesitaba un cambio, y que le costaría 16$. Sabía que no era cierto, con un poco de mimos se le iría la tristeza, pero le mentí. Me volví a despertar(o será que me despertaba en sueños), la acaricié y seguí durmiendo.

Tenía una hoja frente mío, una hoja llena de cálculos, con algún tipo de código. Un hombre mafioso tenía otra, y ya había descifrado una pate, la última parte. Tenía a al alguien más a mi lado que felicitaba al mafioso, y me indigne por que yo ya había descifrado la primer parte. Era el número 8112. Y nadie me otorgaba la alabanza correspondiente...
Una nube celeste, como polvo en moviemiento, se posaba en una serio de edificios cuadrados grises de ladrillos. En cada uno de los vértices de la azotea había una antena parabólica azul metálico, que terminaban tapados por la nube. Los aplastaba a su paso, los devoraba y desaparecían dentro de ella. Descifrar el código no ayudó en nada.

Una pista de automoviles amarilla amarronada.. autos que no sé si eran autos, pero competiríamos en ellos, competiríamos por nuestras vidas. Algo nos perseguiría. Digo nos, pero no sé cuál era la compañía(olvidé mucho del sueño).

Mi hermana sentada en una silla, en pelotas. Roncaba, y estaba en una postura indecente por su desnudez... Se le veía todo, hasta el fondo, y ella no se percataba(claro, estaba dormida). Y su boca entreabierta, que se movía rítmicamente, abriendose y cerrándose, rosada, babeándose. Mi hermano miraba por abajo de la mesa, lo reto.

La góndola de un Coto(el supermercado), veníamos en los autos recogiendo cosas al paso. Necesitabamos bolsas grandes. Estaba mi ex-novio haciendo las compras. Pide a gritos 4 innecesarias bolsas amarillas traslúcidas(nos alcanzaba con dos) a sus compañeros. Se calla de golpe, había un jefe en la sala, que él desde su posición no había visto. Pasó mucha calor. Verguenza.
Y no recuerdo más.

miércoles, 4 de julio de 2007

Otra vez Jason

Una habitación oscura, me siento sentada en una silla, observándolo. Era él, Hernán Caire. Todo oscuridad, menos su rostro blanco y pulido como el marmol. Brillaba, se veía tan suave. Y hablaba, más yo no escuchaba, estaba fascinada con el pelo negro que se perdía con el fondo, con la piel. Tersa y hermosa, como la de un bebé. Y pensaba que nadie me creería tal belleza, que nadie podría enterarse de tan delicada piel, y me dió pena por él y por mí.

Una ducha, y escenas de contenido erótico no definidas, sin imágenes, sólo percepciones vagas en los labios, y en la piel una lluvia tibia y relajante. Éramos dos, una especie de ducha de campamento(muy similar a la reserva Los Robles, en Moreno), con trapos amarillos a modo de puerta. Ingresa un muchacho desconocido, no lo veo, sólo siento su presencia entrometiéndose, queriendo participar. Pero ya no hacíamos nada, teníamos verguenza frente a ese extraño. Resulta que me salgo de la ducha, y empeé a persueguir a una chica de cabellos castaños y ondulados. Yo ya estaba vestida(aunque no sé si antes estaba desvestida) y corría tras ella tratando de alcanzarla. Subí una pequeña escalinata, ingresando a un edificio. Doblé una esquina y la ví entrando en un ascensor. Eran tres ascensores en total, ella escogió el del medio y desapareció de mi campo visual. Veía la puerta de la derecha entreabierta. Se cerrarían en cualquier momento y la perdería. Corrí más y logré llegar, pero ya no estaba, se abía salido por una puerta lateral al ascensor, una puerta que no debería estar allí, una puerta de madera oscura empotrada en las paredes beige del pequeño cubículo. Salí por ella(pero sin pasar por el ascensor a la derecha), ví a la chica agachada quitándose las zapatillas raras que poseía. Ahora tengo una visión frontal de ella. Sos vos, Pina. Y veo tus pies hasta la cintura, mas no tu cara. Sos vos, lo sé. Tenías una falda amarilla con flores bordadas, entre antigua y moderna, muy bonita, hasta por debajo de las rodillas. Unas medias de lana blancas, y dejabas de lado unas guillerminas similares a tu pollera, pero mas claras, y te calzabas otras en perfecto juego con tu vestimenta. Y me ví quitándome mis guillerminas negras enpolvadas,con envidia, por que vos tenías pares y pares de ellas, por cualqier cosa que sucediera. Te las calzás y te vás. Veo tus pies alejarse, blancos y en la punta amarillos.

Me encuentro en una casa gigantesca, encerrada con más gente. Todos sabíamos que Jason llegaría en cualquier momento y nos mataría. Buscamos escondites insólitos. Yo abrí un cajón, y empecé a calcular si entraría allí, lo miraba y lo miraba con esperanzas... Y seguí mi inspección para buscar otro sitio. Debajo de las camas talvez, Jason no miraría allí ¿pero si me olía?. Trataba de recordar como había escapado la última vez, pero no me venía a la cabeza. Jason llega, pero sin su overol azul, sin su careta de hockey, sin su motosierra, sin su contextura física amenazadora. Entra por un apuerta doble como un hombre de negro, y todos nos lanzamos a correr. Ahora entra en escena Pina, que viene detrás mío, y está dispuesta a mostrar sus habilidades en la escapatoria. Sube una escalera de madera lustrosa de un sólo salto. Me rió internamente de ella, Jason era más rápido, y no se valía de saltos. Él estaba muy atrás, pero yo sabía que la agarraría, era inevitable. Quedé rezagada, pero sabía muy bien que el no me dañaría, primero iría por los demás, acabaría con todos, menos conmigo.
Él nunca me daña seriamente.
Y ya no recuerdo más.