La vida Onírica

Oniros, uno de los mil hijos de Tánatos, conocido también como Morfeo por su capacidad de tomar la forma de seres humanos y mostrarse en sueños.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Azuke

Tenía un bebé en mis brazos, mi bebé. Era tan pequeña que la podía sostener con una mano y sobraba espacio. Estaba perfectamente formada, pero en un escala en miniatura. A pesar de tener características humanas yo la sentía como un alien, esos de cuerpos delgados y frágiles. Yo sólo la veía a ella acurrucada en posición fetal en mi palma, y tenía la sensación de estar caminando. Era mi tesoro. Luego me encontré en un almuerzo familiar, donde además estaban también parientes de otras épocas-parientes que fueron tal cosa mientras mi vieja estuvo casada con uno de ellos-. Era el cumpleaños de mi mamá, y era todo muy luminoso. Yo tenía mi bebé en la mano todo el tiempo. Y llegó la torta, y si que se veía deliciosa; cubierta de crema y todo el resto era como un líquido de frutilla. No sé como hacía para repartirla, porque se veía jugosa, pero lo hizo. Y está por llegar mi turno de recibir ración cuando se acaba…En realidad no se había acabado, pero sólo quedaba en el plato cobertura. Me enojé con mi vieja, me levanté de la mesa y le dije con todo el rencor posible que la odiaba, que la odiaba como nunca había odiado a nadie en la vida. Estoy por cruzar una puerta cuando oigo a uno de esos ex-familiares preguntar: “¿Y cómo se llama tu bebé?” Azuke, le respondo. A lo que me replica: “es cosa de chicos ponerle a un hijo el nombre de un personaje de animé”. Siento un profundo odio por esa persona. No digo nada y decido marcharme, pero a último momento y sin dignarme a mirarla le pregunto: “¿Y acaso el nombre de tu perro no es Wishbone? Por que yo pensé que ése era el perro de una serie…¿Ahora quién es infantil?” . No le veo la cara, pero siento que está con la boca abierta y mirándome con odio. El sexto sentido de los sueños…
Tengo un flash mío sentada en una cama con Azuke acurrucada en el hueco que formaban mis piernas cruzadas, leyendo un libro de la facultad y haciendo un resumen. Y pensaba que mi vieja se iba a morir del odio cuando viera que podía trabajar, estudiar y ser madre…
Y ahora veo a Azuke tirada en el piso, pisoteada. Ya no era mi Azuke, ahora tenía la forma de un fruti gelatin aplastado, un fruti gelatin verde. Y yo era la culpable, por que de tan pequeña que era la quise hacer caminar dándole un empujoncito y terminé aplastándola como si una mosquita fuera. Y ahí estaba yo sentada en el piso contemplándola y lamentándome. Y odiaba a mi vieja, por que por alguna razón ella era la culpable.
Fue muy triste verla morir.
Lo más raro del sueño es que todo el tiempo se repetía sin cesar en mi cabeza un mantra: Azuke. Azuke. Azuke. Azuke…

sábado, 22 de noviembre de 2008

Uniendo dos noches...

Soñé mucho, pero de tonta no lo escribí y olvidé bastante.

Había un hombre rubio de pelo largo. Era rubio, pero su pelo era de un tono pastel, y mas que un humano parecía un dibujo animado fuera de lugar. Era muy hermoso y pálido; vestía una especie de capa blanca, y constantemente me daba la espalda. No es que diera vueltas, era mas bien como si viera la misma escena una y otra vez. Me daba paz y me traía emoción verle...Y ahí volvió la luz que se había cortado a eso de la una, por lo cual me desperté ya que había dejado todo prendido en mi cuarto. No pude volver a soñar esá noche.El otro sueño fue de lo más loco.

Estaba en casa, en compañía de mucha gente que me daba la impresión de conocer. Siento curiosidad y salgo a la puerta, que ahora resulta ser la puerta de mi antigua casa. Miro hacia la esquina-ya era de noche-y veo a mi hermana Verónica que caminaba muy apresurada por la vereda de enfrente llevándo consigo una enorme maleta roja de juguete. Digo de juguete por que el material era brillante y de plástico duro, sencillamente un juguete tamaño adulto. Y atrás de ella iba mi hermano. Me dispongo a seguirla, pero no me dejaban alcanzarlos...sentía que les hablaba y no obtenía respuesta...no sé si por que las palabras no salían de mi boca o porque no querían responderme. Cruzamos varias esquinas de mi antiguo barrio, yo siempre un paso tras ellos. Y de solo estar me veo subiendo una escalera de lo más estrecha y oscura. Daba la impresión de ser de caracol, pero no tan cerrada. Me sofocaba. Por fin llegué al último peldaño negro y divisé una puerta. La abrí. Ahí estaba mi otra hermana Daniela, sentada frente a un escritorio. No entendía. Tenía la sensación de haber estado siguiendo a Verónica, y cuando por fin descubro a dónde iba con semejantes maletas resulta que ya no es más ella, sino Daniela. Empiezo a mirar el cuerto, todo pintado de amarillo y con una vetana de cortinas blancas que se volaban con la brisa. Le pregunto que hacía ahí, por que ella supuestamente se había mudado hace poco a casa de mi viejo. Y me dice que ella jamás se mudó, que todo fue una farsa porque estaba viviendo con no se quién, por que se estaba por recibir no se de qué...No lo podía creer...Y me dice: "viste que yo siempre decía que estaba en casa de la abuela pero que era como si no estuviera..."
Yo sentía un aindignación total por haber sido engañada por mi hermana.Fin del sueño.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Sueño Breve

Fue más que corto, pero se me vino a la cabeza durante todo el día por estar relacionado con el trabajo.
Soñé con el hijo de la dueña de la empresa donde trabajo, que lo veía parado de perfil vistiendo una chomba negra en exceso ajustada en la zona del abdomen. A él lo conozco por una foto, y el tipo de mi sueño no se le parecía en nada, y sin embargo era él, con seguridad.
Totalmete ridículo.

martes, 18 de noviembre de 2008

Blancos Pies

Veía los pies de un niñita por detrás. Eran blanquísimos y muy pequeños-la niñita en cuestión habrá tenido 3 o 4 años- y se movían con una gracia enorme. Empecé viéndole los pies, pero de a poco le ví las pantorrillas infantiles y el vestido blanco que le llegaba alas rodillas. Y seguí subiendo; observé su nuca y el nacimiento de unos bucles castaños sueltos. Seguía de espalda. Podía oír su risa suave y pícara, pero sin entender el por qué de tal alegría. Empezó a correr sobre hojas secas, y ví que alguien la sujetaba de una mano, un muchacho altísimo-para ser sincera era muy parecido a Jacob-, también visto de espaldas. Y siguen corriendo, y siento que estoy en el cuerpo dé él desde un principio, que yo era Jacob y que corría a una velocidad sorprendente, pero si apenas sentía como mis pies tocaban el suelo.
Y no sé más. Fue un sueño de lo más hermoso.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Licántropos

Sólo sé que soñé con muchos de ellos. Corrían muy pero muy rápido, pero sin prisa alguna, y sentía que me llevaban cargando a una velocidad vertiginosa. Atisbé verde en formas difusas, tal vez árboles.
Y no puedo recordar mucho más; una verdadera lástima no recordar un encuentro con licántropos como esos...

sábado, 15 de noviembre de 2008

Hace mucho, mucho tiempo...

Una vez estando en secundaria soñé con un profesor , cuyas características físicas no eran atractivas en lo más mínimo. Nos obligaba a tomar datos meteorológicos para un estúpido programa del que ya no recuerdo el nombre. Lo importante de esto es que el tipo era muy grandote, con panza haciendo juego, y una cabeza que de lejos se veía normal, pero al tenerla más de cerca se notaba descomunal... Calvicie central, cabello entrecano semi ondulado...
Nada de esto lo noté hasta el día que lo soñé. En mi sueño él se me acercaba demasiado, y me ponía su cabezota muy cerca, y yo la veía fascinada, y estaba completamente excitada ¡¿?!
Por demás raro.
Siempre lo recuerdo como un sueño gracioso, almacenado en una carpeta con el nombre: "Sueño erótico con Busch" Ja ja, debería de titularse así el post...

sábado, 8 de noviembre de 2008

Sueño corto

Fue brevísimo. Lo tengo a mi viejo frente mío, y lo veo mirar dos camisas azules a rayas. Las agarro, se las doy y le digo que yo se las pago, ya que sólo costaban 20$ cada una. Y las toma. Se va; lo sigo por el interior de mi casa y lo veo subirse a un auto. Y siento una profunda nostalgia de verlo partir sólo con dos camisas, con cara de agotado y viejo...

miércoles, 5 de noviembre de 2008

La Laguna Negra

Esto va así: me encuentro en un lugar de vacaciones que me recuerda muchísimo a Serrezuela(Córdoba), con la excepción de que el clima no era seco, si no muy húmedo. En realidad el lugar en sí no me es muy familiar, es más bien la sensación de estar en ese lugar lo que me lo recuerda.
Allí estaba con María(una amiga) y nos disponíamos a meternos a una laguna que de la escasez de tamaño parecía un charco. Había un hombre metido con el agua hasta la cintura. El agua era verdosa y tenía muchos yuyos en la superficie. En fin, un asco. Me voy metiendo siempre mirándolo fijamente, hasta que el agua me llega a el cuello. Ahí me hago la viva y me meto un poco más, y para mi sorpresa en ese charquito había correntada, y me empezó a arrastrar…Ya no era más una lagunita, era un ría caudaloso que me succionaba. No funcionaban mis técnicas de nado, y el hombre me daba instrucciones, pero nada servía. Estaba empezando a entrar en pánico, y lo único que quería era ponerme en posición de espalda para ver si así no me tragaba el agua cochina que me salpicaba de los intentos desesperados por nadar. Y de sólo estar aparezco en la orilla, con un jabón en la mano: un Veritas rosado que tenía una costra de mugre impresionante. Le empiezo a sacar la suciedad con una navaja, a lo que María comenta: “debés de ser la única persona que tiene mugre en el jabón”. Y me quedo pensando en el jabón mientras camino la casa. Y ahí se me cruza Leonardo por la cabeza( mi ex), que seguramente me preguantaría en cuanto me viera: “¿Y que pasó que ya no usás Dove?”.
Nuevamente me veo camino a la laguna, pero esta vez era más pequeña que antes, y directamente era negra, como si fuese de petróleo, con burbujas poco saludables en la superficie, y llena de musgos. Me meto, total no tenía más de dos metros de largo…Y ahí el despertador me convidó a volver al mundo real.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Vengomancia

Estoy en el pasillo de espera de un hospital, y veo por una puerta entreabierta a una doctora que tiene en las manos el resultado de unos estudios míos. A todo esto yo sabía que le había referido en la consulta un par de malestares tontos como dolor de cabeza, cansancio, etc. Entro rapidísimo, y allí estaba mi madre, con preocupación en el rostro... Miro la hoja de resultados, y sólo se ve una palabra en toda la carilla. La veo, pero no soy capaz de leerla o de entenderla. Le pegunto a la doctora que que es lo que tengo, a lo que dice: "leélo vos, ahí tenés el papel". Con mi mejor cara de odio y la voz más amenazante que pude poner le digo: "vos sos la doctora, pedazo de hija de puta, decime que tengo". Me saca el papel de la mano-que no sé cuando llegó ahí-y rápidamente me dice: "vengomancia". No entiendía la palabra, y por lo visto se me notaba en la cara, por que enseguida me explicó: "es una enfermedad que cursa con degeneración neuronal y muscular. Es genética, autoinmune, no tiene cura" Ahí pensé: "me voy a morir...cómo puede ser???degeneración muscular...voy a terminar como una de-men-te. No puede ser". Y quería preguntarle cómo llegó a ess conclusiones con un simple hisopado, pero no me salía nada por la boca. Y me pierdo, todo se mezcla... No entendía nada.
Otra vez frente a la doctora..."pero yo no tengo problemas neuronales, mire que rápido que hablo-decía yo en mi típico tono acelerado-puedo moverme bien, todo. Sólo que cuando hablo muy rápido aveces empiezo como a tartamudear, pero es normal". Y las veo mirarse muy seriamente, con esa mirada de yo te dije, y comentarse que era como ellas pensaban.
Y sí, era así, me iba a morir de vengomancia...