La vida Onírica

Oniros, uno de los mil hijos de Tánatos, conocido también como Morfeo por su capacidad de tomar la forma de seres humanos y mostrarse en sueños.

martes, 30 de junio de 2009

Otro sueño

Soñé que veía un hombre joven con una camiseta azul muy fuerte y pegada al cuerpo. Era de piel muy blanca y pelo negro. Me gustaba, y tenía algo en las manos que me daba la impresión de que lo rompía. Lo veo caminar a unos troncos, y cuando miro lo que tenía en sus manos, veo que le faltaba la mano derecha, como a mi viejo (en realidad le falta la mano derecha, no es chiste). Me espanto por ese muñón mal formado que me recordaba tanto a mi viejo. No sé si fehacientemente me alejé de él, pero tenía las ganas de hacerlo.

viernes, 26 de junio de 2009

De películas, areneros y asiáticas

Soñé que tenía puesto un sweater rosa viejo que era muy abrigado y me gustaba mucho. Podía verme como si fuera en tercera persona, y me movía como exhibiéndolo.
También soñé que iba al cine con alguien, y que miramos una peli que me gustó muchímo y que además era larga. me daba la impresión de que la sala era pequeña, y estaba más oscura de lo habitual, con un leve resplandor anaranjado. En realidad, se parecía más a las aulas tipo anfiteatro de la facultad. había mucha gente, pero recién la noté cuando terminó la función. Iba saliendo, pero no sé por que me meto de nuevo a ver otra peli con otra persona; la escalera estaba mal iluminada, y las butacas eran un rojo muy oscuro. Me acomodo y veo los avances, y eran de dos asiáticas que cantaban una canciòn de Shakira -no recuerdo cual- y yo me asombraba por que cantaron varios temas, y todos de Shakira. La película no la recuerdo, pero sé que duró menos de cinco minutos, y que una vez puesta la escena final, se repetìa desde el principio. No espero a que termine, y me voy. Salgo al shopping, y me encamino a la boletería que tenía paños rojos bien oscuros-como las butacas-colgando de las cercanías. Había alguien familiar en ella -tal vez mi vieja, tengo esa impresión-. No sé cómo, pero me encuentro arriba del arenero como acompañante-un auto armado en el que solíamos andar de chicas-, retrocediendo marcha atrás con cuidado, con mucho cuidado. Pero ahora ya no era el estacionamiento, si no el interior del shopping, costeado de vidrieras. Todo el ambiente era marillo, el piso brillante, la luz amarilla, y muchos reflejos en todos lados de lo lustroso del lugar. Voy adquieriendo velocidad, pero tenía miedo de chocar algo o a alguien.

Y no recuerdo más...

jueves, 25 de junio de 2009

Descensos y viajes en tren

No recuerdo cronológicamente como sucedió el sueño, pero sé que eran dos y que se entremezclaban en mi cabeza:

Estaba en un cuarto piso, en la cima de una escalera que se parecía mucho a la de la facultad. Sentía una necesidad extrema de bajarla rápido, pero sobre todo, sentía más necesidad aún de bajar más a prisa que la anciana que tenía delante de mí, unos escalones más abajo. La miro y pienso que está decrépita, que no es competencia para mí, y así y todo decido tomar un atajo gracias a mi juventud: me deslicé por el barandal de la izquierda (no sé si había uno a la derecha) y patiné sobre él por el trayecto de un piso. La baranda se sentía mojada, y más que deslizarme sobre una madera, sentía que bajo mis pies había agua y yo patinaba sobre ella. Cuando se termina la baranda, la vieja seguía delante de mí. No lo podía creer, no entendía cómo. De sólo estar, veo mi pie derecho metido dentro de un inodoro blanco; estaba descalza y sólo podía ver eso. Quería meter el otro, y de ese modo llegar hasta la planta baja y ganarle a la vieja. Sí, pretendía ir por la cañería. No sé si apreté el botón, pero me empiezo a sentir succionada, y después nada… hasta que me veo en el umbral de una puerta; le había ganado a la vieja. Había gente reunida ahí, creo que eran dos personas, y sé con certeza que uno era hombre, y que era la persona por la que yo quería llegar antes. No sé explicarlo, pero tenía miedo de lo que podía pasar si la otra mujer llegaba antes, a pesar de no saber el porque.

También soñé que tenía que tomar el tren en la estación, y que iba con mi hermano. Sacábamos el pasaje en la ventanilla con un billete grande, pero no sé que es lo que pasaba que no podía salir el tren y no nos querían vender el boleto. Tengo la sensación de haberme subido al tren y que por dentro era viejo y blanco, y que estaba lleno de gente muy humilde, rayana en la pobreza. También en un momento me veo saltando del vagón por que no llegaba hasta la estación… pero todo el tiempo, supe que no pude subirme al tren, y me veía cruzar la vía en busca de otro tren más adelante.
Por alguna razón, continuamente me veía cruzar la vía, y esa escena se repetía de a ratos.

Ambos sueños se alternaban uno con otro, y el primero se repetía todo el tiempo. Me deslicé por ese barandal infinidad de veces, y metí el pie en el inodoro infinidad de veces más.

Y no recuerdo más...

martes, 23 de junio de 2009

Trío (sexuales y de sueños)

Rejunte de tres sueñitos...

Salía a una especie de galería, y me miraban dos nenas de unos cinco o siete años. Ambas estaban maquilladas en exceso, como si tuvieran que actuar; una tenía los párpados de un violeta muy brillante y brillantina en los cachetes. Las miró como diciendo “pobrecitas” y las ignoro, pero una de ellas me pregunta que si me gusta como están. Yo no digo nada, pero se me nota en la cara que no, y entonces, la de los párpados violetas, me dice: “pero soy yo…” como queriendo sobornarme con que la conocía… pero yo no sé quien era. Me voy, pero al rato siento culpa y vuelvo, y ella está sobre una cama, quitándose el maquillaje con un algodón con crema. Me da pena y la ayudo a quitarse lo que le queda, y voy viendo que tiene la carita muy blanca y ojos celestes. Siento que la conozco, pero cuando me quiero dar cuenta, va creciendo y ya parece un chico rubio joven, de unos doce años, que tiene la piel rojiza, como si estuviera quemado. Veo su espalda morada cuando se tira encima mío y quiere besarme; no sé si lo consigue, pero a mi me da impresión, por que sigo pensando que es la nena. Y estoy así un rato más, y de repente la nena-chico se transforma en Leonardo -mi ex -, y no sé que pasa.

Sueño con que estaba durmiendo, y cuando despierto, veo una araña subiéndome por un brazo y metiéndose bajo las colchas. Me despierto, y veo mi brazo en la misma posición que en el sueño, todo exactamente igual, y pienso que podía haber una araña en serio, pero no me fijé. Por lo menos no sentía que nada caminara sobre mi piel.

Soñé con que miraba la pantalla de la compu la página de Facebook de una amiga, y que había un video de un amigo. Hago click para verlo, y me encuentro con un video porno de él y dos chicos más, que me daba la impresión de conocerlos, pero no sé de dónde. Era por demás explícito, y él era el que más relajado estaba mientras los demás “hacían”. Yo no lo podía creer, no entendía cuando se había vuelto puto (perdón la expresión, pero es la que pensaba de dormida). Pero en parte me sentía aliviada por que cuando yo salía con él todavía no tenía esa inclinación. Desperté convencida de que se había vuelto gay.

Y no recuerdo más…

lunes, 1 de junio de 2009

De flemones, ex, piletas y viejes...

Soñé que me iba de viaje -creo que en avión- y que debía de preparar las maletas. Primero agarraba sólo una muda pequeña de ropa, pero luego me fui dando cuenta de que donde iría haría frío, por lo que empecé a guardar más y más, escogiendo muchas poleras y abrigos -repasaba mentalmente todo mi guardarropa para saber cuál era la ropa nueva y cual la vieja-, y de paso le recriminaba a mi acompañante que no me avisará del clima, y que por eso yo era la última en salir del lugar por que seguía empacando.

También soñé que nadaba en una pileta descomunal. Era muy profunda, pero tenía apenas el agua necesaria para que me llegue hasta la cintura. Era de color gris, y para ver el borde debía de mirar para arriba, ya que habían metros y metros de azulejos grises amohinados interrumpidos de a ratos por las bocas de las cañerías que alimentaban la pileta. Me daba miedo que sea tan grande, así que nadaba por los bordes, sin alejarme mucho porque presentía que podía haber correntada.

Soñé que iba en una lancha por el río, a una gran velocidad. Rodeaba una isla de un gran perímetro, y al llegar de nuevo al punto de partida, como no podía frenarla, sencillamente clavé los frenos y la hice virar, saltando de ella hacia el borde contrario de la isla, a otra isla. La lancha siguió deslizándose, pero por suerte no chocó con nada.
Y allí me esperaba el verde pasto del otro lado, así que sin saber la profundidad del agua me tiré a cruzar la brecha de agua que me separaba de mi isla. Nadé a una velocidad vertiginosa, apenas si tocando el agua verdosa, pero sintiendo la calidez de ella. Ya estaba del otro lado, y luego de cruzar un cerco de postes me junté con un hombre que estaba cerca de un auto negro.

Me despertaba a cada rato sintiendo un dolor en la boca porque soñaba que tenía dos flemones: uno a cada lado; y que también tenía una hinchazón horrorosa en el labio superior, en la zona media. Era bastante desagradable el sentir la boca completamente inflamada, tenía la sensación de que podía morir al llegar la infección a mi cerebro (estúpidos senos maxilares).

Soñé que volvía con Leonardo, que nos besábamos y que a mí me gustaba, pero que le decía que no pensaba tener sexo con él.

Y creo que nada más… ese fue el rejunte de esta semana. Esta vez no hubo Víctor…