La vida Onírica

Oniros, uno de los mil hijos de Tánatos, conocido también como Morfeo por su capacidad de tomar la forma de seres humanos y mostrarse en sueños.

domingo, 28 de diciembre de 2008

Usurpadora de mentes

Me veía en un espejo, me estaba cortando el pelo, más precisamente me estaba cortando el flequillo, pero la tijera no era demasiado buena y me dejó escalonado el borde. Me toco la parte de atrás y noto que me faltaba mucho pelo, que estaba cortado muy corto y encima estaba enredado y mojado. Y no tenía peine. Me pongo una gorra y salgo, por que alguien me llamaba.

Salía de una reunión, y pasaba por un estacionamiento lleno de autos, pero había uno que en particular llamaba mi atención por que era el más grande y era un modelo exclusivo. Era gris oscuro, muy lindo.
Caminando delante de mí iba un notero de CQC, yo lo quería llamar pero no recordaba el nombre. Digo: “Gonzalo” y aparece a mi lado él, y el otro se me perdió de vista. Nos ponemos a mirar el auto, y él hacía cometarios a lo tipo de CQC del dueño del auto. Le abrimos una tapita en el capó, y tenía una ranura para una tarjeta de memoria ¡?
Seguimos viaje por una calle. Venía un colectivo que teníamos que tomar, pero este paraba en la esquina y nosotros estábamos a mitad de cuadra. Lo paró y para, pero ahora Gonzalo se transformó en Fabián y le exigió al colectivero que parara donde correspondía. El colectivo siguió de largo y no paró. Había una mujer en la parada que lo miraba con mucho odio a Fabi… En esa esquina había una heladería, y decidimos comprar un cono de papas fritas.

(Esta parte del sueño es bastante confusa, no sé si logré transmitir bien los cambios de cuerpo, pero lo intento)

Estaba en una sala de teatro de color bordó, yo era un hombre, y estaba tomado de la mano con una chica. Era el entretiempo, y salimos. Yo fui a comprar algo, y la chica con la que estaba se fue con otro tipo, y yo podía leerle el pensamiento: se decía que no podía soportar más el estar conmigo, que era insoportable. No sé por que me dirijo a la boletería, y me encuentro con un amigo que me insta a seguir a mi chica. La sigo con él a mi lado, y la ceo irse por un campo, pero iba sola. Caminé por una cuesta, y yo también iba sólo. Tenía delante de mi la puerta de una caja fuerte gigante, puse la combinación y pasé. Entré en un desierto. Ahora yo era la chica que me había dejado, y me estaba besando con el amigo de la boletería. Ahora era el amigo, y besaba a la chica, y no sentía culpa. Volví a ser el chico dejado, y después de cruzar un cúmulo de arena los veo a los dos besándose. Los odié, pero preferí ser indiferente, me di la media vuelta y emprendí el camino de regreso por el desierto deseando con toda el alma que él me viera y sintiera remordimiento. Y volví a ser mi amigo, y vi la espalda que hace unos segundos me había pertenecido, y sentí culpa, mucha. Se veía como una deidad, la silueta vestida de negro recortada contra el horizonte sobre un cúmulo de arena blanca. Era una escena preciosa, llena de gloria, de heroísmo.

Y no recuerdo más…

jueves, 25 de diciembre de 2008

Sueño en Primera Persona

(Todo lo de este sueño lo viví como yo misma, veía con mis ojos, en primera persona. No sé que parte va primero, por que no parecen entrelazarse entre si, sólo se sucedían y recuerdo poco.)

Entraba por una puerta a un pasillo recubierto por azulejos amarillos, y ahí estaba Fabi-un compañero de trabajo-hablando con un hombre. De sólo estar este tipo lo acorrala contra la pared con la intención de ahorcarlo, y Fabián no podía hacer nada por que sus dimensiones eran menores a las de su atacante. Decido intervenir, y sólo digo: “¿por qué no lo dejás en paz?”. Sigo mi camino y tomo por una escalera muy ancha de escalones raros, muy parecida a la de la facultad. No me interesaba si el tipo me había echo caso o no, ya había cumplido con mi deber de ciudadana. Pero siento que él me sigue, que va tras mío ahora. Yo trato de no mirar para atrás, pero sabía que él subía con prisas, y que tenía intenciones de manosearme el trasero. Apuro el paso, y siento sus manos rozándome. La escalera se va achicando y se vuelve de caracol; ya no era sólo la fatiga de subir, ahora debía contorsionar el cuerpo para avanzar por que era demasiado estrecha para mi cuerpo. Y él se acercaba cada vez más, y ahora su intención no era sólo tocarme, quería violarme. Me lamentaba el tratar de de ayudar a Fabi, si sólo hubiera permanecido callada…

Estaba en un 314-la línea de colectivo que pasa por mi casa-y estaba parada muy cerca de la puerta, de modo que tenía un panorama amplio de la calle que teníamos frente. Había poca gente. No es que viera alguna, pero las percibía. Estábamos llegando a una esquina en forma de T, y yo no sentía que aminorara la velocidad, por lo cual pensé que iríamos a chocar. Y efectivamente así fue, vi a través del enorme parabrisas como nos acercábamos a una pared de piedra amarilla. Me aferré con ambos brazos a los caños del interior del colectivo esperando el impacto y rogando que no se transformara en un acordeón por el golpe. Fue muy suave, y en lugar de impactar, rebotamos y nos deslizamos para un lado, como si sobre el hielo estuviésemos.
Ahora estábamos en el medio de la calle, y había gente herida. No veía gente lastimada, pero sabía que había gente que no estaba bien. Y pasaban autos, muchos, y había gente en las paradas. Era la calle donde cuando era chica esperaba el colectivo a la mañana para ir a la escuela, y al reconocerla busqué en algún bolsillo el carnet del colectivo, por que veía que l mío ya llegaría. Otra vez en medio de la calle. Más gente, y no sabíamos como salir de ahí. Propongo-sin voz, sólo con el pensamiento-que hagamos un cordón humano para detener el tráfico, y lo hacemos; nos sujetamos de las manos y de cordón a cordón estábamos. Un auto que venía derecho a mi frenó, y yo me sentí muy satisfecha. Ahora venía un colectivo más por mi derecha, era un 314. Pensé que frenaría, pero para cuando me di cuenta ya se había llevado puesto al muchacho que estaba a mi lado. Fue un impacto terrible, no podía dar crédito a lo que veía.
Me dejé de preocupar por todo, y ya no estaba en la calle, estaba en el living de una casa, jugando tras los sillones; volvía a tener diez años, y jugaba a esconderme. Gateando me encontré con el cuerpo del muchacho que habían atropellado, vestía una remera bordó, y había otro chico que lamentaba que se hubiera muerto. Vuelvo a tener mis veinticuatro años y le tomo el pulso en el cuello, y doy aviso de que está vivo, que sólo perdió un poco de sangre. Me sentí tan importante de anunciar que estaba vivo y no muerto como pensaban. Podía ver y sentir la calidez de su sangre manchando mis dedos, y me agradaba sentir su vida caliente y viscosa a mi disposición.
Y ya no recuerdo más…

domingo, 21 de diciembre de 2008

Sueño de una Siesta

(Este sueño lo tuve la tarde del domingo. Despertaba a cada rato y me tranquilizaba ver, entre la pesadez de mis párpados, a mi hermano jugando con mi compu, en silencio; me daba la paz para sumergirme de nuevo en esa pesadilla sin culpa alguna, con la certeza de que era sólo un sueño y que no debía llorar)

Estábamos en algún lugar raro que no reconozco, al aire libre, pero se sentía como estar dentro de una casa. Mis dos hermanos habían muerto, pero yo ahí los veía. No tenían la edad actual, eran apenas dos niñitos de 5 o 6 años. Nico se veía con sus rulitos y sus faroles azules alucinantes, y Lulú tenía una sonrisa hermosa y dulce-sólo como la puede tener él-. Jugaban en unas escaleras de manera demasiado peligrosa. Yo hablaba con alguien a quien no veía, y me daba la sensación de que era un familiar. Esta persona me decía: “pobrecitos, no se enteran de que murieron”. Yo no le creía, y esta persona se decidió a demostrarme que decía la verdad: le pidió a uno de mis hermanos-no sé a cual- que trajera un juguete específico, a lo que mi hermano en su inocencia corre y lo busca. Viene hacia nosotros como sosteniendo algo, pero en sus manos no había nada. Deja la “nada” en el piso frente a la otra persona y sigue jugando en las escaleras. No entendía la situación, por lo cual me explica que como ellos no saben que están muertos continúan su vida como si nada. Aunque en sus casas ya no estén sus cosas, o se las haya cambiado de ubicación, ellos las ven como la última ves que las vieron.
Lo que me trataba de decir es que eran fantasmas, pero había algo que a mi no me cerraba…yo los veía, los escuchaba, todo con demasiada claridad; ellos me reían, me miraban; la otra persona también los veía. No podía ser de ese modo, me negaba a que estén muertos. Además, si estaban muertos yo me tendría que haber enterado del cómo y el cuando de sus muertes.
Entonces decidí comprobarlo de la misma manera. Le pedí a Lucas que me trajera su bicicleta, y al rato vuelve con la nada en sus brazos de niño. Lo miró con una tristeza infinita y le digo que está muerto, que la bicicleta no estaba más ahí, que debía darse cuenta de todo. A lo que inocentemente me dice: “ya sé que no está la bici, sólo te quería engañar. No estoy muerto”. Pero yo sé que él se mentía a sí mismo, que sabía que estaba muerto, pero que no quería afrontar la realidad. Tenía tantas ganas de llorar-esta fue una de las veces que me desperté para mirar a Nico y cerciorarme de que todo funcionaba-. Pero yo sigo observándolos jugar en la escalera, y a cada rato con el mismo método trataba de convencerlos, pero no había modo.
Seguían en las escaleras, pero lo que hacían era suicida: se subian a una baranda y luego saltaban a la otra baranda que estaba pegada a una pared llena de libros. Se Caín y se levantaban a cada momento, y yo podía ver como sus huesos se rompían bajo sus pieles, podía oirlos. Hacían como si nada, no les dolía. Con eso confirmé que estaba muertos y que ellos lo sabían.
Y seguí tratando de hacerlos entrar en razón, pero no lo lograba. No quería que ellos desaparecieran de mi vida para siempre, pero no soportaba verlos muertos.

Fue muy pero muy triste.

sábado, 20 de diciembre de 2008

El Asesino de los 7

Pasadas varias horas de soñado confundo el inicio de este sueño con un fragmento de otro. Tal vez es sólo confusión, pero puede que empiecen los dos iguales. Qué mas da? La cosa es que me veo caminar por la calle de una esquina muy amplia, en la que lo que destaca una boca de alcantarilla en el medio. Llego a una casa y me meto tras unas rejas verdes. Se supone que era un kiosco o una almacén, y que yo lo atendía. Había una pareja de ancianos que venían a comprar, pero yo tenía una necesidad imperante de cerrar con llave, por que el anciano me parecía en extremo peligroso, a pesar de su apariencia frágil. Cierro y estoy poniendo un candado cuando el anciano aferra mi muñeca. La mujer trata de detenerlo, pero no hay caso, no la escucha. Me quiero zafar y no puedo.

Tengo un pantallazo de la pared de una casa muy alta, con un balcón tan gris como la pared misma. Habían luces de navidad, o algún adorno similar, que le daba un colorido muy triste al lugar. En el centro de la pared había una ventana iluminada con amarillo.

Vuelvo a mi escena con el viejo que no me soltaba. Por fin me zafo y veo que el viejo pasaba por la reja de alguna manera que no llego a entender. O capaz que no pasaba, pero yo sentía que lo haría en cualquier momento. Corro hacia el fondo del terreno-por que ahora estaba en un patio trasero desierto-y salto una pequeña verja de madera seca y desgastada, pero me quedo enganchada en el medio. Ahora estoy como en una plataforma en la altura, una plataforma que mira hacia la calle. Yo hago equilibrio en ella, y desde allí puedo ver al viejo en la puerta del kiosco, pero ya no se ve como un anciano, ahora es una mujer de dimensiones importantes con cara de malvada-que me hace acordar a la imagen que me formé de Annie Wilkes, de Misery-. Se dirige a mi plataforma que ahora es transparente. No sabía por que estaba allí, ¿por qué no me escapé por atrás en lugar de ir para el frente a sabiendas que me encontraría con Annie? Pone su manaza en mi frágil base para hacerme caer, pero yo salto y empiezo a nadar por balcones. Me decido a bajar a la calle, que ahora es de tierra, y se ve como de pueblo. Me dirijo a un banco y camino a él comienzo a gritar que me perseguían. Aparece algún tipo de autoridad que agarra al anciano-por que ahora volvía a ser el anciano, ya no más Annie-y me pone a salvo a mí. Y allí sentada, giro la cabeza y veo la pareja de ancianos sentados a mi lado hablando tranquilamente, como si en ningún momento hubiese ocurrido algo…
Camino con el policía y este me cuenta que tuve mucha suerte de que no me hiciera nada, ya que el viejo ese era el famosos “Asesino de los 7”. Yo no sabía de quien hablaba, a lo que se asombró y me dijo que era imposible que no le reconociera, y ahí comenzó a hacer cálculos mentales sobre mi edad y la época en que el asesino fue muy famoso por sus crímenes.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Teclado mental

No estaba completamente dormida, estaba en esa frontera entre la vigília y el sueño que es tan delgada que no se distingue una de otra. Veía mis pensamientos como teclas de colores muy vivos-verdes, amarillos, rojos-. Es difícil de explicar bien. Veía teclas, pero sabía cual era el contenido en cuestión de pensamientos. Y las hundía con la mente-las veía hundirse- y afloraba el pensamiento de acuerdo a la intensidad y el tiempo que las tocaba. Era muy loco.

De sólo estar estoy frente a un espejo. Tengo dos granos enormes en ambas mejillas. Cuando digo enormes no exagero, tenían el diametro de una moneda, y lo más asqueroso es que estaban llenos de pus blanca. Me ve mi hermana y me insta a que los exploté. Me niego, y le digo que si los aprieto me va a quedar una tremenda cicatriz. Me estoy lavando la cara y veo de golpe que uno de los granos comienza a supurar lenta y continuamente. Era un asco monumental, y encima parecía no tener fin. La imagen era muy similar a observar un pomo de dentrífico al ser aplastado. Repugnante.

Fin.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Día laboral atípico

Estaba llegando al trabajo luego de una mañana de facultad. Hacía demasiado calor, podía sentir el cuerpo caliente y pesado. Llego y me ancuentro a Fabi-un compañero de trabajo-que está con la mujer y la hija. No las veo, pero se que están. Me dice que se va acomprar un sandwich a la panadería, pero me extraña que no me dijera si quería uno. De echo me molestó. Se fue con la mujer y la nena. Me quedé con mi otra compañera, pero me metí en el baño por que me sentía mal. Me veo en una ducha que no existe, muy pequeña y oscura, de paredes mohosas. Trato de evitar el chorro de agua. Tenía mucho calor, pero no quería mojarme. Sólo me mojo un poco el pelo para aparentar. Pasó largo rato, y mi compañera me instaba a salir. Salí, y Fabi ya había vuelto, pero Luli no estaba. De echo jamás estuvo, por lo cual dejé el local sólo por largo rato mientras me duchaba y él estaba en la panadería. No me animaba a decírcelo, sentía mucha culpa.
De seguro era la fiebre que me hizo delirar con que estaba con mi compañera.

Y no hay más...

domingo, 14 de diciembre de 2008

Rostros

Ayer soñé que veía muchas caras que no reconocía, pero muchas. Eran distintas, pero todas se parecían; eran de un muchacho -en blanco y negro-que tenía el cabello semi largo, muy bonito.
Ahora que pienso en ello por ahí eran todos la misma persona pero de diferentes ángulos.

(Estoy bastante molesta por que hace un par de días que no retengo nada de lo que sueño...Eso no es buen dormir)

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Mi Silent Hill

Estaba adentro de una casa, y tenía que escapar de algo o alguien. Buscaba algo frente a una pared recubierta de hiedra que se parecía mucho a la pared de una galería de mi antigua casa. Era una llave lo que necesitaba, pero no la hallaba. Ya estaban cerca de mí, y eran muertos vivos, eran perros muertos vivos, que por una razón que no me explicaba no se me acercaban. Pienso que tengo que abandonar el juego, por que para ese entonces yo me sentía en una partida del Silent Hill, pero sé que tras mío alguien seguirá mi juego, y yo quería decirle a ese alguien que la puerta anterior ya había sido abierta, que no perdiera el tiempo allí.
Y estoy escapando por un pasillo de mi infancia, y me cierra el paso una verja. Me sigue el perro muerto, y del otro lado hay otro vigilando el jardín(para ese momento el lugar del sueño era la casa de mi padre)que caminaba de un lado a otro. Tuve suerte por que no me había visto, pero la mala suerte es que yo tenía 7 años, y la reja más de dos metros. No sé cómo pero la salté, y en vez de caer al piso directamente pegué un salto gigante hasta el portón que conduce a la calle. Quedé colgada de éste, y lo empecé a trepar. El perro me agarró de una pierna, pero yo no sentía nada de nada. Salí por fin, y me largué a correr por la calle.

Veo mi imagen en un espejo, me estoy maquillando. Para ser exactos me estoy poniendo base, y cuando termino me había quedado algo del líquido en la mano, por lo que decido colocarme un poco en el pecho para matizar imperfecciones. Pero sorpresa… En todo el pecho tenía unas lastimaduras horribles, como si me hubieran arrancado tiras de carne. Y estaban frescas. Como si nada, saqué de nuevo el pomito de base y me coloqué más, por que con lo que me quedaba no alcanzaba.

Y ya no recuerdo más.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Laguna Seca

Entraba en un edificio muy grande que parecía ser un gran complejo de oficinas, pero que yo sentía que era un hospital. Había demasiada gente-no la veía pero la sentía-por lo cual para llegar más rápido al lugar deseado pensé en tomar el ascensor hasta el primer piso para luego caminar hasta otra escalera y bajar de nuevo hasta mi meta-estas son todas estrategias que uso en la facultad cuando parece un hormiguero-. Y me subo al ascensor, que de repente se convierte en el subte, y allí estaba yo parada agarrada no se de donde y sintiendo un peso enorme en mis espaldas. No sé si llevaba mochila alguna, pero del peso apenas si podía mantener el equilibrio. Y venía mi estación. Me acerqué a la puerta, y cuando el subte frenó por el peso no pude moverme, por lo cual vi cerrarse frente a mis narices la puerta. Entonces decidí que ya mismo tomaría envión para cuando se abrieran nuevamente saldría rápido.
Y al final bajé pensando que ahora debería bajar dos pisos por las escaleras, pero lo que vi me fascinó, ya que no estaba en el edificio-o si, no lo sé- si no que estaba al costado de una ruta en un campo de un amarillo seco. Era larguísima, y me dispuse a caminar para encontrar la escalera que me llevaría a la planta baja. Pero no caminaba, si no que andaba en moto!!! La ruta en un comienzo era solitaria, pero luego, cada tanto, a la derecha fueron apareciendo estaciones de servicio y concesionarias de motos. Yo quería encontrar alguna que me asociase siendo mujer y motociclista, y ninguna me aceptaba. Se ve que las únicas escaleras que habían se encontraban dentro de las concesionarias a las que no tenía acceso. Seguí mi ruta, pensando que dentro de poco se acabaría. Iba a una velocidad altísima, sólo veía el asfalto marrón delante de mí y de vez en cuando vislumbraba algún manchón de color que representaba los autos que adelantaba.
Así llegué al final, y lo que vi fue muy triste. Había una laguna que si bien tenía agua se veía muerta, carente de vida. Yo la conocía de otras oportunidades y vi cuanto había cambiado. Yo la recordaba verde y llena de patos color amarillo por todos lados; en el centro tenía una pequeña isla que siempre se llenaba de pastizales altos, pero ahora sólo era un cúmulo de tierra. Había un hombre que se metía hasta la cintura limpiando o manteniéndola, como si fuera el cuidador de un zoológico. Yo me espantaba, por que tenía la certeza de que habían cocodrilos en las aguas, pero el hombre estaba sereno. Me mira con odio, y me dice que es mi culpa que la laguna esté muerta. Me dice muchas cosas, todas en tono acusador.
Sentía mucha pena, y constantemente a la visión de la laguna muerta se le superponía la de la laguna que yo recordaba.

No puedo expresar la magnitud de la tristeza que sentía. Demás está decir que no conozco ninguna laguna de esas características, así que el recuerdo es un recuerdo de mi parte soñadora.

martes, 2 de diciembre de 2008

Novela Mental

Fue un sueño rarísimo, soñaba que mi mente me proyectaba capítulos de una serie, y cada capítulo duraba algo así como 20 minutos. Y me despertaba-pero de verdad me despertaba-y me volvía a dormir para ver el siguiente episodio, ya que en su momento recordaba a la perfección el hilo de la trama. Demás decir que ahora-14 horas más tarde-apenas puedo esbozar siquiera un panorama de la trama. Me desperté con seguridad un total de 3 veces, ya que al final de cada capítulo aparecían gigantes en mi campo visual el número del capítulo-1/3, 2/3, 3/3-. Tal fue la dificultad en despegarme de mi tv mental que me quedé dormida y me desperté hora y media más tarde, obvio que me levanté a las corridas…
Volviendo al asunto de lo soñado puedo decir que yo veía a dos hombres jóvenes besándose y haciéndose arrumacos. Se veía en blanco y negro, pero con predominancia del blanco. Era totalmente erótico el asunto, y me sorprendo sabiendo que uno de los personajes era yo. Era como estar viendo la telenovela que yo misma protagonizaba en el cuerpo de un hombre.
Sé que soñé muchísimo, y todo tenía un tinte sexual, pero sinceramente no recuerdo detalles, más allá de la sensación de ser hombre y estar con otro. Muy raro el asunto.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Azuke

Tenía un bebé en mis brazos, mi bebé. Era tan pequeña que la podía sostener con una mano y sobraba espacio. Estaba perfectamente formada, pero en un escala en miniatura. A pesar de tener características humanas yo la sentía como un alien, esos de cuerpos delgados y frágiles. Yo sólo la veía a ella acurrucada en posición fetal en mi palma, y tenía la sensación de estar caminando. Era mi tesoro. Luego me encontré en un almuerzo familiar, donde además estaban también parientes de otras épocas-parientes que fueron tal cosa mientras mi vieja estuvo casada con uno de ellos-. Era el cumpleaños de mi mamá, y era todo muy luminoso. Yo tenía mi bebé en la mano todo el tiempo. Y llegó la torta, y si que se veía deliciosa; cubierta de crema y todo el resto era como un líquido de frutilla. No sé como hacía para repartirla, porque se veía jugosa, pero lo hizo. Y está por llegar mi turno de recibir ración cuando se acaba…En realidad no se había acabado, pero sólo quedaba en el plato cobertura. Me enojé con mi vieja, me levanté de la mesa y le dije con todo el rencor posible que la odiaba, que la odiaba como nunca había odiado a nadie en la vida. Estoy por cruzar una puerta cuando oigo a uno de esos ex-familiares preguntar: “¿Y cómo se llama tu bebé?” Azuke, le respondo. A lo que me replica: “es cosa de chicos ponerle a un hijo el nombre de un personaje de animé”. Siento un profundo odio por esa persona. No digo nada y decido marcharme, pero a último momento y sin dignarme a mirarla le pregunto: “¿Y acaso el nombre de tu perro no es Wishbone? Por que yo pensé que ése era el perro de una serie…¿Ahora quién es infantil?” . No le veo la cara, pero siento que está con la boca abierta y mirándome con odio. El sexto sentido de los sueños…
Tengo un flash mío sentada en una cama con Azuke acurrucada en el hueco que formaban mis piernas cruzadas, leyendo un libro de la facultad y haciendo un resumen. Y pensaba que mi vieja se iba a morir del odio cuando viera que podía trabajar, estudiar y ser madre…
Y ahora veo a Azuke tirada en el piso, pisoteada. Ya no era mi Azuke, ahora tenía la forma de un fruti gelatin aplastado, un fruti gelatin verde. Y yo era la culpable, por que de tan pequeña que era la quise hacer caminar dándole un empujoncito y terminé aplastándola como si una mosquita fuera. Y ahí estaba yo sentada en el piso contemplándola y lamentándome. Y odiaba a mi vieja, por que por alguna razón ella era la culpable.
Fue muy triste verla morir.
Lo más raro del sueño es que todo el tiempo se repetía sin cesar en mi cabeza un mantra: Azuke. Azuke. Azuke. Azuke…

sábado, 22 de noviembre de 2008

Uniendo dos noches...

Soñé mucho, pero de tonta no lo escribí y olvidé bastante.

Había un hombre rubio de pelo largo. Era rubio, pero su pelo era de un tono pastel, y mas que un humano parecía un dibujo animado fuera de lugar. Era muy hermoso y pálido; vestía una especie de capa blanca, y constantemente me daba la espalda. No es que diera vueltas, era mas bien como si viera la misma escena una y otra vez. Me daba paz y me traía emoción verle...Y ahí volvió la luz que se había cortado a eso de la una, por lo cual me desperté ya que había dejado todo prendido en mi cuarto. No pude volver a soñar esá noche.El otro sueño fue de lo más loco.

Estaba en casa, en compañía de mucha gente que me daba la impresión de conocer. Siento curiosidad y salgo a la puerta, que ahora resulta ser la puerta de mi antigua casa. Miro hacia la esquina-ya era de noche-y veo a mi hermana Verónica que caminaba muy apresurada por la vereda de enfrente llevándo consigo una enorme maleta roja de juguete. Digo de juguete por que el material era brillante y de plástico duro, sencillamente un juguete tamaño adulto. Y atrás de ella iba mi hermano. Me dispongo a seguirla, pero no me dejaban alcanzarlos...sentía que les hablaba y no obtenía respuesta...no sé si por que las palabras no salían de mi boca o porque no querían responderme. Cruzamos varias esquinas de mi antiguo barrio, yo siempre un paso tras ellos. Y de solo estar me veo subiendo una escalera de lo más estrecha y oscura. Daba la impresión de ser de caracol, pero no tan cerrada. Me sofocaba. Por fin llegué al último peldaño negro y divisé una puerta. La abrí. Ahí estaba mi otra hermana Daniela, sentada frente a un escritorio. No entendía. Tenía la sensación de haber estado siguiendo a Verónica, y cuando por fin descubro a dónde iba con semejantes maletas resulta que ya no es más ella, sino Daniela. Empiezo a mirar el cuerto, todo pintado de amarillo y con una vetana de cortinas blancas que se volaban con la brisa. Le pregunto que hacía ahí, por que ella supuestamente se había mudado hace poco a casa de mi viejo. Y me dice que ella jamás se mudó, que todo fue una farsa porque estaba viviendo con no se quién, por que se estaba por recibir no se de qué...No lo podía creer...Y me dice: "viste que yo siempre decía que estaba en casa de la abuela pero que era como si no estuviera..."
Yo sentía un aindignación total por haber sido engañada por mi hermana.Fin del sueño.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Sueño Breve

Fue más que corto, pero se me vino a la cabeza durante todo el día por estar relacionado con el trabajo.
Soñé con el hijo de la dueña de la empresa donde trabajo, que lo veía parado de perfil vistiendo una chomba negra en exceso ajustada en la zona del abdomen. A él lo conozco por una foto, y el tipo de mi sueño no se le parecía en nada, y sin embargo era él, con seguridad.
Totalmete ridículo.

martes, 18 de noviembre de 2008

Blancos Pies

Veía los pies de un niñita por detrás. Eran blanquísimos y muy pequeños-la niñita en cuestión habrá tenido 3 o 4 años- y se movían con una gracia enorme. Empecé viéndole los pies, pero de a poco le ví las pantorrillas infantiles y el vestido blanco que le llegaba alas rodillas. Y seguí subiendo; observé su nuca y el nacimiento de unos bucles castaños sueltos. Seguía de espalda. Podía oír su risa suave y pícara, pero sin entender el por qué de tal alegría. Empezó a correr sobre hojas secas, y ví que alguien la sujetaba de una mano, un muchacho altísimo-para ser sincera era muy parecido a Jacob-, también visto de espaldas. Y siguen corriendo, y siento que estoy en el cuerpo dé él desde un principio, que yo era Jacob y que corría a una velocidad sorprendente, pero si apenas sentía como mis pies tocaban el suelo.
Y no sé más. Fue un sueño de lo más hermoso.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Licántropos

Sólo sé que soñé con muchos de ellos. Corrían muy pero muy rápido, pero sin prisa alguna, y sentía que me llevaban cargando a una velocidad vertiginosa. Atisbé verde en formas difusas, tal vez árboles.
Y no puedo recordar mucho más; una verdadera lástima no recordar un encuentro con licántropos como esos...

sábado, 15 de noviembre de 2008

Hace mucho, mucho tiempo...

Una vez estando en secundaria soñé con un profesor , cuyas características físicas no eran atractivas en lo más mínimo. Nos obligaba a tomar datos meteorológicos para un estúpido programa del que ya no recuerdo el nombre. Lo importante de esto es que el tipo era muy grandote, con panza haciendo juego, y una cabeza que de lejos se veía normal, pero al tenerla más de cerca se notaba descomunal... Calvicie central, cabello entrecano semi ondulado...
Nada de esto lo noté hasta el día que lo soñé. En mi sueño él se me acercaba demasiado, y me ponía su cabezota muy cerca, y yo la veía fascinada, y estaba completamente excitada ¡¿?!
Por demás raro.
Siempre lo recuerdo como un sueño gracioso, almacenado en una carpeta con el nombre: "Sueño erótico con Busch" Ja ja, debería de titularse así el post...

sábado, 8 de noviembre de 2008

Sueño corto

Fue brevísimo. Lo tengo a mi viejo frente mío, y lo veo mirar dos camisas azules a rayas. Las agarro, se las doy y le digo que yo se las pago, ya que sólo costaban 20$ cada una. Y las toma. Se va; lo sigo por el interior de mi casa y lo veo subirse a un auto. Y siento una profunda nostalgia de verlo partir sólo con dos camisas, con cara de agotado y viejo...

miércoles, 5 de noviembre de 2008

La Laguna Negra

Esto va así: me encuentro en un lugar de vacaciones que me recuerda muchísimo a Serrezuela(Córdoba), con la excepción de que el clima no era seco, si no muy húmedo. En realidad el lugar en sí no me es muy familiar, es más bien la sensación de estar en ese lugar lo que me lo recuerda.
Allí estaba con María(una amiga) y nos disponíamos a meternos a una laguna que de la escasez de tamaño parecía un charco. Había un hombre metido con el agua hasta la cintura. El agua era verdosa y tenía muchos yuyos en la superficie. En fin, un asco. Me voy metiendo siempre mirándolo fijamente, hasta que el agua me llega a el cuello. Ahí me hago la viva y me meto un poco más, y para mi sorpresa en ese charquito había correntada, y me empezó a arrastrar…Ya no era más una lagunita, era un ría caudaloso que me succionaba. No funcionaban mis técnicas de nado, y el hombre me daba instrucciones, pero nada servía. Estaba empezando a entrar en pánico, y lo único que quería era ponerme en posición de espalda para ver si así no me tragaba el agua cochina que me salpicaba de los intentos desesperados por nadar. Y de sólo estar aparezco en la orilla, con un jabón en la mano: un Veritas rosado que tenía una costra de mugre impresionante. Le empiezo a sacar la suciedad con una navaja, a lo que María comenta: “debés de ser la única persona que tiene mugre en el jabón”. Y me quedo pensando en el jabón mientras camino la casa. Y ahí se me cruza Leonardo por la cabeza( mi ex), que seguramente me preguantaría en cuanto me viera: “¿Y que pasó que ya no usás Dove?”.
Nuevamente me veo camino a la laguna, pero esta vez era más pequeña que antes, y directamente era negra, como si fuese de petróleo, con burbujas poco saludables en la superficie, y llena de musgos. Me meto, total no tenía más de dos metros de largo…Y ahí el despertador me convidó a volver al mundo real.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Vengomancia

Estoy en el pasillo de espera de un hospital, y veo por una puerta entreabierta a una doctora que tiene en las manos el resultado de unos estudios míos. A todo esto yo sabía que le había referido en la consulta un par de malestares tontos como dolor de cabeza, cansancio, etc. Entro rapidísimo, y allí estaba mi madre, con preocupación en el rostro... Miro la hoja de resultados, y sólo se ve una palabra en toda la carilla. La veo, pero no soy capaz de leerla o de entenderla. Le pegunto a la doctora que que es lo que tengo, a lo que dice: "leélo vos, ahí tenés el papel". Con mi mejor cara de odio y la voz más amenazante que pude poner le digo: "vos sos la doctora, pedazo de hija de puta, decime que tengo". Me saca el papel de la mano-que no sé cuando llegó ahí-y rápidamente me dice: "vengomancia". No entiendía la palabra, y por lo visto se me notaba en la cara, por que enseguida me explicó: "es una enfermedad que cursa con degeneración neuronal y muscular. Es genética, autoinmune, no tiene cura" Ahí pensé: "me voy a morir...cómo puede ser???degeneración muscular...voy a terminar como una de-men-te. No puede ser". Y quería preguntarle cómo llegó a ess conclusiones con un simple hisopado, pero no me salía nada por la boca. Y me pierdo, todo se mezcla... No entendía nada.
Otra vez frente a la doctora..."pero yo no tengo problemas neuronales, mire que rápido que hablo-decía yo en mi típico tono acelerado-puedo moverme bien, todo. Sólo que cuando hablo muy rápido aveces empiezo como a tartamudear, pero es normal". Y las veo mirarse muy seriamente, con esa mirada de yo te dije, y comentarse que era como ellas pensaban.
Y sí, era así, me iba a morir de vengomancia...

miércoles, 29 de octubre de 2008

Los Calzones del Ex

Fue un sueño rarísimo, en el que el protagonista fue el reciente y flamante ex-novio de una amiga. Estaban en la casa de ella, y él venía a hablar de las cosas que había dicho en el momento de calentura, y de sólo estar, ella-mi amiga-empieza a meter ropa de él en una valijita de mano, tipo morral. Lo más extraño es que sólo metía boxers de unos colores estrafalarios y por demás grandes para la contextura del muchacho. El destacado era uno amarillo patito con vivos en rojo, que se veía gastado y algo deshilachado en los bordes. Evidentemente en el lavado no usó suavizante, por que se veían como duritos... Yo veo esta escena perpleja, porque se estaban llendo de vacaciones a Corrientes. Él se lo propuso como al pasar para no tocar el tema del perdón, y ella agarró viaje!!! La miro y le digo: "boluda, ¿te das cuenta de que estás volviendo con él?". Ahí cae y entonces empieza a guardar las cosas con más ímpetu, por que ahora le empezó a hacer las valijas a él, para que se lleve lo poco que tenía en su casa. Y yo complacida.

Aparte soñé con el Age of Empires, que seleccionaba los ciudadanos para construir una iglesia, pero como necesitaba celeridad mandé como a 8 a realizar el trabajo.

Y por lo que recuerdo eso fue todo por hoy. Se siente bien haber vuelto.